El Oaxaco cimbra a policías
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BARATARIA

El Oaxaco cimbra a policías

 


Es, al parecer, una jugada maestra. Primero, ya no hay duda que el tráfico de migrantes pasa por Oaxaca; que en la capital hay casas de seguridad y, si existen, son plenamente utilizadas por el crimen organizado, que está en bonanza, aunque autoridades lo nieguen y aseguren que hay un “milagro oaxaqueño”.

Pero, en el presunto apresamiento ayer de 4 policías municipales acusados de intentar extorsionar con 150 mil pesos a migrantes para permitirles seguir su camino hay muchas más preguntas que respuestas. El primer intento fue dinamitar la policía municipal capitalina con señalamientos, Francisco Martínez Neri, y al Secretario de Seguridad Ciudadana, Raúl Ávila Ibarra.

La autoridad municipal, mediante un comunicado difundido por la tarde, negó la detención, a pesar de que en video hay testimonios cuando son subidos esposados a patrullas de la policía municipal. Los policías, en definitiva, no están detenidos.

Otra arista es el aseguramiento de al menos 31 migrantes caribeños, presuntamente cubanos, 10 mujeres 14 hombres y 7 menores en Lago de Pátzcuaro, en Pueblo Nuevo que, a decir verdad, es un delito infinitamente mayor que la extorsión. ¿Cómo arribaron a ese lugar? No llegaron solos. Es claro que la acción forma parte de toda una red de tráfico de migrantes. Además, tal cantidad de personas en una casa genera sospechas por las voces que se escuchan y la alimentación que necesitan, de tal suerte que detrás hay también una red provisionamiento. Los mototaxistas y vecinos ¿no vieron nada? ¿O será que funcionan como halcones?, en el mejor estilo de delincuentes.

En el escenario de ayer, además de numerosos mototaxis que rodearon el domicilio, fue posible ver a un personaje identificado como El Oaxaco, que se movía con tranquilidad por el lugar y realizaba llamadas, una de ellas, presuntamente a mandos de la policía estatal al ver presencia de la policía municipal que rondaba por el lugar, señalan testimonios.

Mas tarde, el municipio dio cuenta de su detención por los rumbos de la Central de Abasto, alrededor de las 14:50 horas.

El Oaxaco es señalado como líder del CATEM, la misma organización que tiene tomados los playones del río Atoyac y han impuesto su ley con recolectores de basura pirata y contra quienes les ha temblado la mano a las autoridades estatales, de ecología, municipales, Semaedeso, o Conagua.

En una de esas llamadas, se señala, El Oaxaco encara a un presunto mando de la policía estatal “!Quítamelos de aquí, a la ver.. estos cule..  no van a venirme a calentar la zona!”. Para los vecinos de Pueblo Nuevo no había una explicación de la aglomeración de mototaxis y taxistas de CATEM en el domicilio.

Carlos Abraham ‘N’, alias El Oaxaco, es señalado como líder operador del Cártel del Golfo en la zona de Valles Centrales en el estado de Oaxaca y se le ha involucrado, de forma extraoficial, con narcomenudeo en la zona del Mercado de Abasto.

Esta es otra versión que, de ser también cierta, ya da cuenta de zonas de la capital controladas por delincuentes y que se atreven a enfrentar a la policía municipal con la estatal.

Ambos casos contienen un grado de verosimilitud y ponen en entredicho la labor de las policías y sus mandos resultaron “quemados” con la movilización de Pueblo Nuevo.

Pero subamos un escalón. ¿Quién podría ganar con los hechos de ayer? ¿Quién saldrá o saldría beneficiado? Veamos: Unas horas antes, el 1 de septiembre, se puso en marcha un amplio operativo de coordinación y vigilancia que cuenta con la participación de fuerzas federales y municipales de seguridad para “blindar” la zona metropolitana de la capital y en contra de la delincuencia.

En el despliegue participa personal de la Policía Estatal, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional, Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), Policías Municipales de Oaxaca de Juárez, San Jacinto Amilpas, Santa Lucía del Camino, Santa Cruz Xoxocotlán, San Sebastián Tutla, Santa Cruz Amilpas, San Antonio de la Cal y Santa María Atzompa.

El caso de migrantes y presunta extorsión deja muy maltrechas a dos corporaciones en tanto se investiga qué pasó y se realizan verdaderas pesquisas de inteligencia, no con base en “pitazos” o llamadas de auxilio. Salen raspadas las policías Municipal, acusada de extorsión y la Policía Estatal, señalada por actuar por llamadas telefónicas.

En cualquier caso, se desnuda la falta de coordinación que se presumía apenas un día antes. Y, además, dinamita esa acción concertada contra la delincuencia, mostrando las fisuras del “blindaje” de seguridad para la zona metropolitana.

¿Quién gana? Quizá CATEM, la delincuencia y los traficantes, pues las policías tendrán que recomponerse.

Habrá que preguntar el involucramiento y las medidas que tomarán, por ejemplo, desde la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Oaxaca, José Manuel Vera Salinas; la cada vez más cuestionada Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), Dalia Baños Noyola y lo que se pueda desprenderse de las investigaciones.

Por lo pronto, la Instituto Nacional de Migración dio con los migrantes. Habrá que seguir el hilo conductor.