Marcelo: Ni sí, ni no
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Marcelo: Ni sí, ni no

 


Luego de un lapso emocional, Marcelo Ebrard dice que esperará a la respuesta de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena a su impugnación, para que se repita la Consulta que llevó a que Claudia Sheinbaum sea la ungida del señor. Dice que tiene pruebas de los chanchullos que se hicieron para llegar a ese resultado. Esto es una forma de decir ‘me voy de Morena, pero no’.

Todo esto le pone sal y pimienta al proceso electoral con rumbo a 2024. Para algunos ya hay vivacidad en lo que va del proceso electoral que comenzó muy adelantado, a pesar de la fecha legal de su inicio el viernes 8 de septiembre.

La vivacidad se refiere a que antes de la aparición de Xóchitl Gálvez como aspirante presidencial por el Frente Amplio por México y los vaivenes de Dante Delgado y su querer ir sólo y su circunstancia con su Movimiento Ciudadano, lo de Morena y sus rémoras (Verde-PT) todo caminaba por la ruta de la aburrición. Se sabía antemano quién sería la ungida de la 4-T para 2024. Todos los “corcholatos” con el mismo discurso; el mismo tono; los mismos adjetivos y descalificaciones; los mismos clichés provenientes de Palacio Nacional.

Ese discurso político de los “corcholatos” era vergonzosamente abyecto, cansado, harto de menciones y elogios a la obra del hoy presidente de México, de su liderazgo, de sus logros en el gobierno de la 4-T de su grandeza y majestuosidad y quien, si les pregunta la hora, se apresuran a contestar lo clásico en este caso: “La que usted quiera, señor”.

Pero eso de que apenas comenzó el proceso electoral es un decir, porque hace meses que los “corcholatos” de Morena lo iniciaron con la bendición presidencial y ocultos en “Asambleas informativas” o “Conferencias magistrales” por las que recibieron apoyos de la federación y de gobiernos estatales y municipales: patrocinios políticos y recursos públicos, por supuesto.

Eran campañas electorales disfrazadas, que tuvieron un altísimo costo económico para los mexicanos y un desgaste político-electoral sin precedentes.

Parecía que los “corcholatos” iban solos en la liza, sin oposición y sin contratiempos: todo bajo el protectorado de la presidencia de México. Pero no, no y no.

Resulta que a pesar de que todos los “corcholatos” son frutos de un mismo árbol: Morena-4-T-Palacio Nacional, pronto comenzaron las desavenencias entre ellos: “Que Songo le dio a Borondongo, que Borondongo le pegó a Bernabé…” Y hoy, luego de una extraña consulta archi controlada en favor de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard parece levantarse en armas.

Y todo se les volvió un merequetengue en Morena. Durante varios días Marcelo hizo suponer que dejará este ‘Movimiento’ porque, dijo “Ya no hay cabida para mí en Morena”. Y todo eso que se dice cuando se está enojado. Pidió que se repusiera la consulta de Morena porque detectó -con su equipo de trabajo- un sinnúmero de corruptelas en favor de la ahora ungida con la “vara de mando”.

Pero nada. Esperó a que le rogaran su regreso. Lo hicieron. Le han enviado palabras melosas y caramelosas. Y seguramente el mismo presidente ya habló con él para persuadirlo de bajarle a su indignación y que acepte la regla de la disciplina establecida como requisito para continuar en el gobierno de la 4-T, comandada desde Palacio Nacional.

Y al parecer los llamados y la llamada sí funcionaron. O por lo menos hasta ahora. De forma estratégica, el domingo 10 de septiembre por la noche, presentó formalmente ante Morena una impugnación a la Consulta de chistera.

Dijo que el anuncio de su futuro político lo daría a conocer el lunes 11 por la tarde, pero no fue así. La expectativa generada resultó en su contra: por ahora -dice- no se va, pero si no atienden a su impugnación se irá. Sabe que la respuesta tardará por lo menos cincuenta días. Sabe que no repetirán la Consulta. Ya se lo dijeron fuerte y quedito. Y él sabe que no será ¿entonces qué quiere?

Todavía, hasta ese domingo, los Morenos-4T-Palacio Nacional, se tronaban los dedos y deshojaban la margarita. Lo necesitan cerca, no como enemigo ni adversario político o electoral; Marcelo no importa; sí les importa su capital político y evitar el desprestigio de esta división-fractura interna.

Así que, como no queriendo la cosa, Marcelo hace un guiño y reincide en la petición de que se repita la consulta, que es decir: quiero estar en Morena, pero “quiero piso parejo, transparencia, nada de chanchullos…” En todo caso, el presidente ya lo puso en orden y ahora tiene que buscar una salida airosa del merequetengue en el que se metió.

Y otra vez: No van a repetir la consulta, van a mantener ungida a la señora Sheinbaum y él se tendrá que conformar con ser el “segundo, de al lado”, como siempre ha sido, por su debilidad, por su falto de carácter para irse de una vez y por todas ante esta traición, por su ambición de poder y porque todos saben que “Paris” bien vale ese “perdone, señor”.