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Ambulantes

 


Caminé en la semana que termina por el zócalo de nuestra ciudad capital, y desde luego el retiro de ambulantes en las calles de Bustamante da otro aspecto a esa parte del Centro Histórico que amenaza convertirse en un gran tianguis de mercancía china más que nada, porque debo decirlo, ni siquiera el cinco por ciento de estos comercios ambulantes expende productos oaxaqueños.

La solución de retirarlos no es mala, pero es una solución incompleta, hay que reinstalarlos.

El problema no es nuevo ni fácil, y desde luego no es el Ayuntamiento actual el primero que enfrenta el problema.

En ese orden de ideas, pienso, es un decir, que se debe llevar a cabo un censo de estos comerciantes, pero en serio y riguroso, porque desde luego que son familias que necesitan trabajar simplemente para comer, luego es necesario abocarse con energía a la solución.

El censo es el primer paso que, aunque después de realizado crece como por arte de magia y es cuando se debe ser severo con quienes lo inflan; quiero decir que existen comerciantes que tienen no uno ni dos puestos sino hasta cinco, y es más algunos locatarios de los mercados y bodegueros mayoristas, salen a las calles y también tienen comercios ambulantes.

En ese contexto la autoridad debe ser muy cuidadosa, y antes que pensar en nuevos mercados, mi opinión es encontrar sitios donde reubicar a estas personas, ya sea semanalmente ya sea cotidianamente, tal como el tianguis ubicado los viernes atrás del parque de Béisbol, y el de las calles de Heroica Escuela Naval por el rumbo de la Colonia Reforma.

No es fácil encontrar estos espacios, pero debe haberlos.

Además, parece que nadie se preocupa por quienes son proveedores de tanta mercancía chatarra y se debe localizarlos para saber si su “negocio” está en orden y paga impuestos.

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.