LGBT y el arcoíris
El domingo pasado desfiló un grupo de personas en la ciudad de Oaxaca y en muchas otras partes del país, enarbolando una bandera con siete franjas horizontales con los colores del arcoiris.
Era miembro de la autodenominada “Comunidad Lésbico Gay.”
Es decir lesbianas y homosexuales.
Ahora bien, las iniciales LGBT, significan precisamente lesbianas, homosexuales (gays en inglés), Bisexuales y Transexuales.
Protestaban contra la discriminación que sufren por sus preferencias sexuales, o al menos eso creo.
Mi opinión al respecto, la voy a dar contando un cuento.
Estaban los colores muy contentos, porque iban a una fiesta. Uno de ellos dijo: me voy a vestir como el cielo, de azul; otro expresó, yo de amarillo como el sol, el compañero señaló yo de verde como la hierba; así, el cuarto manifestó: pues yo de rojo como las rosas del amor y finalmente el otro compañero replicó, yo de naranja como el fruto de los naranjales.
La noche de la fiesta llegaron a la casa del festejo y se encontraron a dos colores a quienes no dejaban entrar, el turquesa y el violeta; al preguntarles la razón dijeron, porque somos diferentes yo, expresó el turquesa, me formo de azul y verde, y yo; dijo el otro, el magenta o violeta porque me formo de rojo y azul, y nos dicen que somos iguales a ellos.
Los primeros cinco amigos decidieron unirse a esos dos y celebraron baile y danza entre ellos, con el criterio que todos eran al fin y al cabo colores, es decir eran sus semejantes.
Fue tan exitosa su fiesta en la calle, que los colores dentro de la casa salieron y se unieron todos, lo que resultó en una gran “pachanga”, en la que un color, el dueño de la casa, pronunció un discurso de bienvenida cuyas últimas palabras fueron las siguientes:
Todos somos hijos de la luz del sol, de las gotas de agua de la lluvia y de Dios.
El que pueda entender que entienda.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.