El Istmo de Oaxaca

Apenas se puede creer que, en el Istmo de Oaxaca, en la carretera Transístmica, existan tantos bloqueos que impiden la circulación de vehículos por días enteros.

Los daños a la economía nacional y regional son incalculables.

Socialmente es una paradoja que este fenómeno se presente en un territorio que se puede considerar de los más ricos, promisoriamente hablando de México.

Territorio plano como mesa de billar, agua en abundancia, ríos, costa en el Pacífico y en el Golfo de México, carreteras, ferrocarril, presas y zonas agrícolas de riego, puertos de altura como Salina Cruz y Coatzacoalcos, refinería   y quién sabe cuántas cosas más.

En una forma u otra, el Istmo está destinado a ser una de las zonas más productivas de nuestro país, a pesar de tanta oposición al progreso por una parte de su población.

Recuerdo a vuela memoria, un libro de Jorge Díaz Serrano, ex Director de PEMEX ya fallecido, en el que desarrolla el tema del Istmo en forma de novela, en la que se encuentran instaladas las grandes compañías del mundo; las ciudades del Istmo convertidas en grandes urbes para los negocios y paso de mercancías de todo el planeta como si se tratara de un canal oceánico, en pocas palabras el sueño de Porfirio Díaz.

¿Cuánto tiempo tardará el Istmo en hacer realidad esos sueños? No lo sé, pero una cosa es cierta, la inversión federal en esa región oaxaqueña y en parte veracruzana es muy importante, sobre todo en lo que se refiere, tengo entendido, al ferrocarril y, en parte, a la carretera de Salina Cruz a Coatzacoalcos, o si usted me permite otro sueño: El Tratado Mc. Lane-Ocampo en los días de Benito Juárez, que no fue ratificado por el Senado de la época, claro, entre otros detalles porque dividiría el país en dos al construir un canal como el de Suez o Panamá y sobre todo porque permitía el libre paso de tropas de Estados Unidos.

Como sea, algún día amigo lector, querida lectora, veremos un desarrollo de importancia mundial en esa zona de nuestra geografía.

Y estoy en lo cierto, porque los malos ciudadanos y políticos de baja estofa desaparecerán, ya por el paso inexorable del tiempo, o ante el empuje de la gente buena de Salina Cruz, Tehuantepec, Juchitán, Ciudad Ixtepec, Matías Romero y muchas otras poblaciones aledañas.

No se puede detener el progreso.

Yo también soy Pueblo.

Poe allí nos encontraremos.