Mujeres y narcotráfico
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Opinión

Mujeres y narcotráfico

 


Por  Alejandra Hernández Aguirre

Este lunes 22 de febrero la ex reina de belleza y esposa del Chapo Guzmán, Emma Cornel, fue detenida en el aeropuerto internacional de Dulles, Virginia, acusada de conspiración y  distribución de drogas. 

Coronel, de 31 años, nació en San Francisco, Estados Unidos pero creció en la sierra de Durango, en una región conocida como el Triángulo Dorado. Conoció al famoso narcotraficante cuando apenas tenía 17 años, en un baile del pueblo. El Chapo tenía 52 años y se casó con ella en 2007, el día de su cumpleaños número 18.

La historia de su matrimonio es en gran parte la historia de las numerosas fugas y detenciones del Chapo, quien en 2016 fue finalmente recapturado y extraditado a Estados Unidos. Era bien sabido que el Chapo no había sido un esposo ejemplar, pero Coronel no tuvo acceso a los detalles hasta su juicio, que inició en noviembre del 2018. Emma asistió a cada una de las audiencias, en las cuales escuchó diversos testimonios de mujeres que detallaron las aventuras sexuales que tenían con él. 

Coronel se presentaba todos los días muy cariñosa con su marido y de buen humor en la corte, sin embargo, según la periodista Anabel Hernández, experta en el cártel de Sinaloa “en realidad ella estaba muy, muy enojada y muy dolida. Así, cuando concluyó el juicio, ella lo que decidió es vengarse y la manera de vengarse es hacerle ver a su marido de lo que se estaba perdiendo”. Así pues, mientras su marido se acoplaba a su nueva vida en una prision de maxima seguridad. Coronel hizo a un lado su vida discreta y comenzó a aparecer en revistas y hasta en reality shows.

Ante su repentino salto hacia la vida pública, los familiares de Guzman y Coronel comenzaron a preocuparse por su seguridad, ya que, a pesar de que Coronel siempre dijo que se dedicaba a la agricultura y que su dinero era legal, el Departamento de Justicia de Estados Unidos no estaba de acuerdo, por lo que se le acusó de haber contado con absoluto conocimiento de las operaciones del cartel y participación en algunas operaciones.

El caso de Emma Coronel ha llamado la atención de los medios a nivel internacional por su grave error. Coronel quebrantó la regla más importante para los familiares de las personas relacionadas con el narcotráfico: el silencio. Sin embargo, no es la primera vez que la belleza, el amor y el narcotráfico se encuentran. Ni es la primera vez que una mujer ocupa un rol importante dentro de una organización ilícita. 

Según el informe de 2020 “Mujeres y crimen organizado en Latinoamérica: el rol de las mujeres en el narcotráfico ha incrementado y se ha diversificado en los últimos años: Más que víctimas o victimarias, las mujeres “oscilan fluidamente entre la condición de víctimas y objetos y la de protagonistas y sujetos activos de las acciones criminales”.

El narcotráfico es un espacio tremendamente machista en el que el género define las características que debes poseer y los roles que puedes desempeñar, y ordena estos jerárquicamente en función de una presunta superioridad de los hombres y la inferioridad de las mujeres. Lo que tiene como consecuencia que las mujeres involucradas en este tipo de actividades generalmente se conviertan en “trofeos” de los hombres a los que acompañan o en instrumentos de placer y entretenimiento. Para las mujeres del narcotráfico, estos roles han cambiado incluso la manera en la que se ven, a través de la “narcoestética”. La cual es un fenómeno que implica la transformación de las mujeres a través de cierto tipo de maquillaje, estilo de peinado y hasta intervenciones quirúrgicas, que garantizan que se vean voluptuosas y femeninas. Un estilo altamente apetecido entre los líderes de estas organizaciones.

También existen los casos de mujeres que logran incorporarse en el narcotráfico por voluntad propia, utilizando a los hombres como escalones para ascender la escalera económica y social. Dentro de estos casos, algunas mujeres logran colocarse a la cabeza de la organización, cometiendo actos violentos y criminales pero sin perder sus atributos femeninos que les permitieron, en un primer momento, vincularse como acompañantes o esposas.

Este es el caso de Emma Coronel, Enedina Arellano Félix, Sandra Ávila Beltrán, entre muchas otras más. Al parecer, la lucha por la equidad de género en la última década ha comenzado a dar resultados. Hoy en día hay más mujeres en la cabeza de empresas y organizaciones; hay mujeres más preparadas y dispuestas a trabajar por sus sueños, lo que ha provocado una consecuencia que no habíamos esperado, también hay más mujeres delincuentes.

Lic. en Relaciones Internacionales 

Twitter: @alehernandez26

IG: @alehernandez