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Desde que en el Celeste Imperio, los chinos pues, inventaron la pólvora, quizá ningún otro compuesto ha matado más criaturas en el planeta Tierra.

Parece ser que fue inventada no con fines de matar animales en cacería o seres humanos en la guerra, sino como espectáculo en las conmemoraciones y fiestas.

Cuando la pólvora pasó al Occidente llevada según la literatura o la historia, por el viajero italiano Marco Polo, se generalizó su uso en todo el mundo, tanto para los cañones, rifles y pistolas, como para las festividades religiosas y civiles, y tan es así, que los fuegos pirotécnicos del quince de septiembre durante la ceremonia del Grito, llenan las plazas centrales de todas las capitales del país de esplendor luminoso.

Igualmente en las fiestas religiosas, particularmente las católicas,  entre muchas destacan los festejos a las diferentes advocaciones a la Virgen María.

En este mes de diciembre, amigo lector, querida lectora, me despiertan los cohetes muy temprano en la mañana a eso de las cinco o seis, precisamente el día 8 en que se celebra a la Inmaculada Concepción, el 12 a la Virgen Morena, y el 18 a la Virgen de La Soledad.

Llueve o truene, con pandemia o sin ella, los “cuetones” estremecen el cielo, y está bien, lo malo es la fabricación sin medidas de precaución y la venta en puestos rudimentarios, así como el almacenamiento de la pólvora en lugares muy poblados y sin observar ninguna clase de cuidados.

Todos hemos leído de grandes explosiones en distintos lugares del país, con resultados funestos en donde se cuentan decenas de personas muertas.

Por esa razón, es necesario que las autoridades competentes persigan la fabricación clandestina, así como los lugares de venta no autorizados de los fuegos artificiales, que de artificial no tienen más que el nombre, y se obligue a los artesanos que fabrican estos artificios, a guardar toda clase de medidas  para evitar los trágicos sucesos.

Escribo antes del dieciocho, fiesta de la patrona de Oaxaca, y son mis mejores deseos que además de evitar las aglomeraciones, seamos prudentes en la quema de tan peligrosos “buscapies”, “chinampinas”, Cohetes, toritos y castillos.

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