Ser niña en México
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Opinión

Ser niña en México

 


¿Por qué educamos a niñas y niños de manera diferente? ¿Por qué a ellas las vestimos al nacer de rosa y a ellos de azul? ¿Por qué a los niños los alentamos a ser más activos y estar al aire libre, incluso aunque se ensucien, y a ellas les proponemos actividades más tranquilas, donde las tengamos más a la vista? ¿Por qué les damos a ellas desde pequeñas una muñeca con la que aprenden a cambiar un pañal o a dar un biberón, y a ellos no? ¿Acaso no nos interesa que nuestros hijos sean buenos papás? ¿Acaso solo queremos que ellas sean buenas madres? ¿Por qué a los chicos los alentamos a escoger carreras de ciencia y tecnologías, mientras a ellas carreras de ciencias sociales? Muchas  mamás o papás dirían que no hacen esto para perjudicar a sus hijas, que las aman y quieren los mejor para ellas también.

Lo cierto es que ser niña en el mundo y en México, ancestralmente ha sido causa de discriminación, vejaciones y desigualdades. Pero la desventaja de las niñas no queda allí: las niñas reciben más violencia y maltrato que los niños en el seno familiar. En muchos contextos, por ejemplo rurales o indígenas, las mandan menos a la escuela o las llevan menos al pediatra; las niñas también son más frecuentemente víctimas de abuso sexual y de trata que los niños. Y si son indígenas o afromexicanas las niñas llevan la peor parte.

Desde 2012, todos los 11 de octubre conmemoramos el Día Internacional de la Niña para recordar la agenda pendiente que tenemos para hacer efectivos sus derechos y garantizar su desarrollo pleno. Aquí algunos datos, que cuando menos deberían preocuparnos a todas y todos: 1) México sigue siendo el primer lugar en embarazo infantil en el mundo, y Oaxaca ocupa uno de los 3 primeros lugares; 2) En el país contraen matrimonio 30 veces más las niñas de 10 a 14 años que los niños de la misma edad. En tanto, las adolescentes de 15 a 17 años contraen matrimonio 6 veces más que los adolescentes de la misma edad; 3) En uno de cada 10 feminicidios, la víctima es una niña; 4) En Oaxaca, se calcula que el 13% de las niñas entre 5 y 17 años, trabajan, y si consideramos labores domésticas, la cifra se eleva hasta 75% si se considera a las niñas que realizan labores domésticas; 5) Las cifras destacan que 42.5% no recibe sueldo y sólo 7.5% gana cantidades mayores a dos salarios mínimos; 6) Todos estos datos se vuelven factores del abandono escolar de las niñas.

Desde la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca, buscamos sembrar semillas para un Oaxaca en el que cada niña sea escuchada, goce del pleno reconocimiento de sus derechos, y se sienta poderosa. En 2019, a través del Programa de Apoyo a las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF), impulsamos el programa de formación Construyendo Escenarios para la Igualdad “Ni princesas, ni ogros, tampoco hadas”, que consistió en talleres dirigidos a estudiantes de nivel preescolar y primeros grados de instrucción primaria, y contenidos diferenciados para personal docente; esto con la finalidad de potenciar la autonomía, identidad y autocuidado, para que niñas y niños vivan libres de violencia de género.

Este año, a través del Fondo para el Bienestar y el Avance de las Mujeres (FOBAM), estamos impulsando espacios de participación y fortalecimiento de liderazgos de niñas y adolescentes en derechos sexuales y reproductivos. Esto, conformando una red para que las propias niñas y jóvenes puedan posicionar la agenda de estos derechos y de prevención del embarazo.

Estas acciones, se suman al trabajo interinstitucional que estamos realizando principalmente con IEEPO, CECYTE, INJEO, COBAO, todas éstas, hay que decir, instituciones con la voluntad de erradicar la violencia de género de las aulas. Esto es importante, pues las amenazas que niñas y jóvenes mujeres enfrentan, nos llaman a gobierno y sociedad, a hacer un frente común, a través de políticas públicas que atienda las problemáticas, pero también, a desarraigar estereotipos y patrones culturales que las desvalorizan y ponen en riesgo su libertad e integridad. Si realmente nos preocupa el futuro, ocupémonos de que las niñas vivan mejor.