En una sorprendente manifestación de inconformidad, 200 elementos de la Policía Estatal de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana del Gobierno de Oaxaca iniciaron un paro de labores, luego de recibir notificaciones de su despido bajo el argumento de no haber aprobado el examen de control de confianza. Esta medida ha provocado una serie de reacciones tanto dentro como fuera de las fuerzas de seguridad, dejando en evidencia la crisis de confianza que atraviesa la policía estatal en la entidad.
Los agentes se concentraron desde tempranas horas en el Cuartel de la Policía Estatal, ubicado en el municipio de Santa María Coyotepec, en la zona metropolitana de la ciudad de Oaxaca, para exigir respuestas y acciones inmediatas. La protesta no solo estuvo marcada por el rechazo a las bajas, sino también por demandas más amplias, como la renuncia del comisionado de la Policía Estatal, Plácido Jarquín, y el retiro de los elementos de la Secretaría de Marina. Quienes, según los manifestantes, ocupan las instalaciones destinadas a las comandancias regionales.
EL ORIGEN DEL CONFLICTO: LOS EXÁMENES DE CONTROL DE CONFIANZA
Según los reportes, la raíz del conflicto comenzó cuando 200 policías fueron notificados de que no habían aprobado el examen de control de confianza, un requisito fundamental para permanecer en las fuerzas de seguridad pública del estado. Este examen, que evalúa la idoneidad de los elementos para desempeñar sus funciones, es una medida establecida por la Secretaría de Seguridad Pública para garantizar que los agentes sean aptos para el manejo de situaciones de alto riesgo y responsabilidad. Sin embargo, la noticia de los despidos generó un fuerte descontento entre los policías, quienes consideran que la medida es injusta y afecta a muchos agentes comprometidos con su labor.
A pesar de que ayer el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, negó que existiera una intención de despedir a los policías, argumentando que era un ataque a su administración, los elementos de seguridad afirmaron que las notificaciones de baja son reales y que su futuro en la corporación está en riesgo.
LAS NEGOCIACIONES Y LA RESPUESTA DE LAS AUTORIDADES
El paro de labores generó gran expectación y preocupación en la población, ya que la Policía Estatal juega un papel crucial en la seguridad de la región y el estado. Ante la creciente tensión, autoridades del gobierno estatal intervinieron para intentar resolver el conflicto. A las 9:00 horas del día siguiente, la titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública (SESESP), Karina Barón Ortiz, y el propio comisionado de la Policía Estatal, Plácido Jarquín, se presentaron en el cuartel para iniciar una mesa de negociación con los policías en paro.
Durante la reunión, ambas autoridades confirmaron que las notificaciones de las bajas eran efectivas, pero intentaron calmar los ánimos asegurando que no se despediría a los 200 agentes de manera automática. Según los funcionarios, cada caso se trataría de manera individual, lo que podría permitir que algunos policías repitieran o volvieran a presentar el examen de control de confianza para poder continuar en sus puestos. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo palpable entre los agentes, quienes continúan su paro exigiendo una resolución definitiva.
EL FUTURO DE LA SEGURIDAD EN OAXACA: ¿UNA CRISIS A LA VISTA?
El paro de los 200 policías estatales pone en evidencia un problema más profundo dentro de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca. La desconfianza en los mecanismos de evaluación y la percepción de injusticia por parte de los agentes podrían afectar la moral de las fuerzas de seguridad y, a largo plazo, la capacidad operativa de la policía estatal para enfrentar las crecientes amenazas de inseguridad en la región.
Este paro también ha llamado la atención de diversos sectores de la sociedad, quienes temen que la falta de personal en la Policía Estatal pueda poner en riesgo la seguridad pública en un contexto ya de por sí complejo, marcado por la presencia de organizaciones del crimen organizado en la entidad. Además, el hecho de que algunos elementos de la Secretaría de Marina ocupen instalaciones destinadas para las comandancias regionales ha generado malestar entre los policías estatales, quienes consideran que esto puede estar afectando su capacidad operativa.
¿QUÉ SIGUE PARA LOS POLICÍAS Y LA SOCIEDAD OAXAQUEÑA?
A pesar de las negociaciones en curso, el paro de labores continúa, lo que deja en suspenso el futuro de los 200 policías afectados. Las autoridades han prometido resolver cada caso de manera individual, pero hasta el momento no hay certeza de cuántos agentes podrán recuperar sus puestos. Mientras tanto, la seguridad de la comunidad sigue siendo una preocupación constante, especialmente en un contexto donde la presencia de grupos criminales en varias zonas de Oaxaca sigue siendo una amenaza.
Finalmente, este paro de policías es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sistema de seguridad pública en Oaxaca, que no solo está relacionado con la capacitación y evaluación de los agentes, sino también con las tensiones internas dentro de las instituciones encargadas de garantizar el orden. La resolución de este conflicto será clave para restablecer la confianza de los ciudadanos en sus fuerzas de seguridad y, sobre todo, para garantizar que Oaxaca siga avanzando en la lucha contra la inseguridad.