De acuerdo con el estudio “El tráfico ilícito de bienes culturales” del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados Federal, Oaxaca se encuentra dentro de los 10 estados con mayor incidencia respecto a delitos relacionados con monumentos paleontológicos, arqueológicos, históricos y artísticos.
Según el documento, la incidencia se presenta principalmente “en 10 entidades federativas: la Ciudad de México, el Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas”.
Se detalla que para prevenir estos ilícitos se cuenta con el Catálogo de Bienes Muebles Robados y/o Extraviados, el cual está elaborado con fotografías de las obras culturales con denuncia de robo, sus dimensiones y características particulares de su deterioro físico; la información sobre el tipo de representación y los materiales de manufactura, y el lugar y la fecha de la sustracción.
“Entre los objetos sustraídos ilegalmente del país y recuperados en 2019, casi cuatro mil provienen de Estados Unidos (hachuelas metálicas, figurillas teotihuacanas y estelas de la cultura maya, entre otros bienes culturales); cerca de 600 ex-votos religiosos de entre los siglos XVIII al XX y figuras de la cultura zapoteca recuperados en Italia, así como otros bienes reintegrados al país provienen de Alemania y Australia (piezas arqueológicas de las culturas del Golfo, Oaxaca y Campeche)”, destaca la Cámara de Diputados.
El tráfico ilícito de bienes culturales, artísticos y arqueológicos que los arrebata de su contexto y de su lugar de origen atenta contra la identidad y la memoria colectivas de las naciones, al tiempo que perjudica el conocimiento histórico de la humanidad en su conjunto, asegura la investigación.
“Pese a lo anterior, en nuestros días existe un impresionante aumento del tráfico ilícito internacional de tales bienes y una inaudita generación de ganancias delincuenciales que incentivan la expoliación”.