Para las y los analistas políticos, un ejercicio real de Revocación de Mandato representa un ejercicio democrático de participación ciudadana directa, sin embargo, un mal proceso puede utilizarse como un instrumento de “populismo”.
En fechas recientes el Gobernador Salomón Jara Cruz, envío al congreso local una propuesta de iniciativa con proyecto de decreto para actualizar los requisitos en materia de Revocación de Mandato para la persona titular de la Gubernatura del Estado de Oaxaca.
Aunque la Constitución Política de Oaxaca en la Ley de Participación Ciudadana ya establece parámetros sobre este ejercicio, en el que se detalla que se puede iniciar un proceso siempre y cuando se formule la solicitud por escrito y la suscriban cuando menos 20 % de los ciudadanos oaxaqueños inscritos en la lista nominal de electores, lo que para los especialistas representaba cifras inalcanzables para ello.
Por ese motivo, en la propuesta que envió Jara Cruz, modifica este requisito al señalar que podrá ser “convocado por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), a petición de la ciudadanía, en un número equivalente, al menos, el 3 % de los inscritos en la lista nominal de electores, siempre y cuando en la solicitud correspondan a por lo menos 13 distritos electorales locales y que representen, como mínimo, el 3 % de la lista nominal de electores en cada uno de ellos”.
Además, detalla que para ser válida se requiere la participación de por lo menos el 40 % de las personas inscritas en la lista nominal de electores, procediendo sólo con mayoría absoluta y que esta se realizará 90 días posteriores a la emisión de la convocatoria.
En ese contexto el maestro en Derecho Constitucional y analista político, Adrián Ortiz, consideró que un mal uso de estos mecanismos ciudadanos “puede ser un instrumento de populismo. Pero si la ciudadanía oaxaqueña se empodera, como debería ocurrir, entonces esta será una herramienta democrática fundamental para exigirle a los gobernantes un mejor y más eficiente ejercicio de gobierno”.
Detalló que esta propuesta sigue “una evidente lógica cuatroteísta. En efecto, es claro que las implicaciones democráticas y políticas de esta iniciativa serán trascendentales no sólo para el Gobernador en turno que al tercer año de su gestión seguramente alentará a la ciudadanía para que solicite al órgano electoral una consulta sobre si se le revoca el mandato a él como Mandatario, sino para los gobernantes siguientes”.
Es muy probable que este mecanismo sea poco riesgoso para el actual gobierno, porque durante un buen tramo del periodo seguirá gozando del voto de confianza que en general la ciudadanía le da a Morena y más en Oaxaca a AMLO. Pero sin duda será un elemento de presión para los siguientes gobernantes oaxaqueños, a los que ya no les tocará la coyuntura de gobernar en el contexto del lopezobradorismo, y que se enfrentarán a una ciudadanía que, irremediablemente, seguirá en la senda de robustecer su participación en la vida democrática”, apuntó.
