El presunto feminicida de la enfermera Judith Vianney Toledo Santos negó haber tenido contacto con ella y después trató de ocultar su muerte como un accidente en el domicilio de este en Santa Cruz Xoxocotlán, explicó la mañana de este lunes el fiscal general del estado de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla. Judith era una joven de 29 años de edad y madre de dos niñas, quien se encontraba desaparecida desde el 22 de octubre tras salir de su trabajo en el hospital regional Presidente Benito Juárez del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, en la ciudad de Oaxaca.
Luego del hallazgo del cuerpo sin vida de Vianney el pasado 2 de noviembre, el fiscal detalló que la enfermera fue ultimada el día de su desaparición e inhumada dos días después en el predio propiedad del presunto responsable, identificado con las iniciales V. A. C. en Xoxocotlán. El ahora detenido presuntamente era amigo de la enfermera y conocía a la familia de esta hace 7 años, detalló Rodríguez Alamilla durante la conferencia del gobernador Salomón Jara Cruz en el Palacio de Gobierno.
“En un primer momento él nos señala que en su caso de ella había llegado a este lugar y que ahí habían estado; por alguna situación ella se encontraba mal y que al salir y empezar a cortar el pasto regresa y la encuentra ya tirada en el suelo, que se había dado un golpe en el filo de un baño del interior de este cuarto y que al detectar sus signos vitales ya había fallecido”.
El titular de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, FGEO, agregó que el mismo imputado les señaló dónde había enterrado el cuerpo durante las diligencias de este sábado, días después de la primera entrevista con V. A. C., en la que este negó haber tenido contacto con su compañera de trabajo.
“Le preguntamos por qué si había sucedido esa situación (el supuesto accidente) no había denunciado a las autoridades, él menciona que por miedo. Pero bueno, no fue así, nosotros detectamos a través de la necropsia que la causa de la muerte (de Vianney) fue justamente asfixia, no tiene nada que ver con lo que él mencionó, no tenía ningún golpe en el rostro o la cabeza.
Tras el hallazgo del cuerpo, la familia de Judith Vianney Toledo Santos, el Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carrasco Briseño” BARCA A.C. y el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas CEDHAPI A.C. han exigido a la Fiscalía una investigación eficaz y profesional para que el o los responsables de su feminicidio sean castigados con la pena máxima. A ese reclamo se ha sumado la Asociación Mexicana de Estudiantes de Enfermería sede Oaxaca, que exige que su caso no termine como una cifra más en las estadísticas.
Sin embargo, desde su desaparición, tanto la familia como amigos y organizaciones se movilizaron para exigir su pronta localización con vida. Además de denunciar presuntas trabas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para facilitar los videos del C4 a la FGEO.
Con Vianney son ya 91 las mujeres víctimas de feminicidios en lo que va del año 2024, de acuerdo con el registro de la asociación civil Consorcio Oaxaca. En tanto, según el registro del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos con ella son 85 las mujeres asesinadas en este año.
De acuerdo con el reporte de la Fiscalía, Judith salió del hospital Presidente Benito Juárez del ISSSTE entre las 8:35 y 8:43 de la mañana del martes 22 de octubre, al concluir su turno. Habitualmente, la joven se dirigía a la fuente de las Ocho Regiones para tomar el transporte público hacia su casa. Pero los datos recabados en las cámaras del sistema C4, muestran que ese día subió al vehículo del presunto feminicida, su compañero de trabajo y enfermero.
Con base en las rutas de los teléfonos de ambos y de las cámaras de vigilancia, la fiscalía estableció que la unidad fue hacia Huayapam y de ahí al municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, donde 11 días después de su desaparición fue localizado el cuerpo sin vida de la madre de dos niñas que tras su feminicidio han quedado en la orfandad.