Periodistas hombres y mujeres se sumaron para pedir a las autoridades pongan atención a las agresiones e intimidación que está sufriendo la periodista feminista Soledad Jarquín por familiares de la expresidenta de Nochixtlán, Lizbeth H.
En una carta dirigida al gobernador Salomón Jara y al fiscal Arturo Peimert Calvo, así como al presidente de la Defensoría de los Derechos Humanos de los Pueblos de Oaxaca (DDHPO), Bernardo Rodríguez Alamilla pidieron atención a este tipo de acontecimientos.
“La Red de Mujeres Periodistas de Oaxaca y periodistas de distintos medios de comunicación del estado y del país, denunciamos a través de este medio los actos de acoso e intimidación que en tres ocasiones han realizado familiares de la expresidenta municipal de Nochixtlán, Lizbeth V. H., en contra de nuestra compañera Soledad Jarquín Edgar, por la cobertura al caso de desaparición forzada de la activista Claudia Uruchurtu”, dijo.
Expresaron que la primera ocasión que Jarquín Edgar fue confrontada de manera directa se dio la tarde del 1 de diciembre de 2022, afuera del juzgado especializado en materia de justicia para adolescentes de la ciudad de Oaxaca, durante la segunda convocatoria para la lectura de sentencia en contra de las y los presuntos responsables de este delito.
En su caso, la segunda vez ocurrió el 7 de diciembre, también afuera del mencionado juzgado, durante la tercera y última convocatoria para la lectura de la sentencia, Soledad fue fotografiada con el personal de seguridad que la acompaña por las medidas cautelares que tiene, sin su consentimiento y sin saber con qué fines.
Mientras tanto, la tercera ocasión fue el pasado 13 de diciembre a través de su cuenta en Facebook, en la que le dejaron mensajes que buscan cuestionar la credibilidad de nuestra colega.
“Como periodistas, condenamos cualquier acto que busque coartar la libertad del ejercicio periodístico y convocamos a la familia de la ex presidenta a buscar las vías adecuadas para hacerse escuchar, pues los actos citados representan una afrenta a la libertad de expresión y una alerta de riesgo a la integridad, no solo de nuestra compañera, sino de cualquiera de quienes hemos dado seguimiento al caso Uruchurtu”.
La carta la firmaron cientos de personas trabajadoras de los medios de comunicación, desde donde demandaron atención a este tipo de actos a los organismos defensores de derechos humanos y a las autoridades del estado y del país.
“Además, exigimos el cese del hostigamiento hacia Soledad Jarquín Edgar; de igual manera pedimos garantías para el pleno ejercicio periodístico”, dijeron.
