Flavio Sosa Villavicencio, controvertido ex dirigente de la extinta Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el 2006 llegó ayer al Congreso de Oaxaca a enunciar algunos de los logros, pero ahora al frente de la Secretaría de las Culturas y Artes.
Con importante retrasos, el funcionario público festinó que con “la llegada de la Primavera Oaxaqueña dio inicio la democratización cultural, al ser necesario borrar la brecha entre alta cultura y cultura popular”.
“Mi participación en el 2006 me enorgullece, soy orgullosamente participante de ese movimiento, orgullosamente APPO, así, así, con todas sus letras, me llena de orgullo haber luchado contra un tirano y contra un gobierno como el de Felipe Calderón”, lanza el encargado de la política cultural en el estado.
Dice que ahora trata de aprovechar esa experiencia, ese nivel de relaciones, dado que en ese conglomerado de organizaciones sociales participaron muchos artistas, pintores e incluso el maestro (Francisco) Toledo(+), para impulsar una política cultural en Oaxaca.
En su opinión quienes lo critican por un estigma (al haber participado en la revuelta magisterial y social del 2026), es porque no tienen otra manera hacerlo, “ustedes recuerdan la campaña del peligro para México, la quisieron aplicar para Oaxaca”.
“Yo creo que a mí se me tienen que juzgar por mis hechos, por el periodo que voy a estar al frente de la Secretaría de Cultura, y en el corto plazo, en el mediano plazo, y en el largo plazo, se tiene que revisar lo que yo aporte, o lo que no”, justifica.
Pero también aborda lo relativo a la máxima fiesta de los oaxaqueños, la Guelaguetza, en donde reconoció el esfuerzo y la participación de los pueblos indígenas y afromexicanos, destacando la participación por primera vez de algunos pueblos.
Incluso presume que con el Programa Culturas Vivas, Lenguas y Artes de Oaxaca, que se desarrolló a partir de junio de 2024, se realizaron 70 nidos de lengua, 159 talleres de lengua y pensamiento indígena.
Habla también sobre el Museo de Arte Contemporáneo (Maco) el cual – adelanta – “va a volver a ser el gran museo que fue, quien marcó un hito en el arte contemporáneo, en Oaxaca y en México, y va a volver a ser el gran museo”.
No es cosa de ocho días, ni es cosa de una pequeña inversión, se requiere invertir recursos, se requiere superar una situación difícil de orden jurídico, que está a punto de lograrse ya la superación en absoluto, vamos a transparentar, resalta el también ex diputado.
Para el caso del teatro Álvaro Carrillo, anota que van a dar una visión propia de lo que debe ser la obra y se va a revisar y consultar el proyecto original, toda vez que el objetivo no es el saqueo.