En Oaxaca no es necesario introducir o sembrar semillas transgénicas de maíz dado que los maíces criollos son de alta calidad y con una producción cercana a las seis toneladas por hectárea, afirmó Flavio Aragón Cuevas investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap).
La organización Greenpeace México urgió al gobierno federal a prohibir el uso de organismos genéticamente modificados, así como el uso de agroquímicos tóxicos como el glifosato.
“El que exista una prohibición no significa que no exista la producción pero en menor escala, dado que a través de estudios se han encontrado semillas modificadas pero en baja frecuencia”, externó.
Incluso la ONG considera necesario frenar a los monopolios de empresas transnacionales que promueven el uso de agroquímicos tóxicos, como el glifosato, siembra de semillas transgénicas, afectando la gran agrobiodiversidad y a las variedades de maíz nativo, toda vez que producen alimentos dañinos para la salud y deterioran el ambiente.
Aragón Cuevas detalló que el mercado de semillas transgénicas se han quedado por el momento en los mercados de Estados Unidos, Brasil, Argentina y en México no está permitido su uso.
Sin embargo se han utilizado algunos materiales o semillas mejoradas o híbridas, pero eso no significa que sean transgénicas, las cuales se mantienen libres de modificaciones genéticas en laboratorio.
“En Oaxaca tenemos una producción muy variada porque en su mayor parte dependemos de temporal y muy poco de riego, aunado a que anualmente arrastramos un déficit de maíz que va de las 120 mil a las 150 mil toneladas”, anotó.
Con las lluvias de la presente temporada estamos seguros que habrá una buena cosecha, pues la mayoría de siembra se encuentra a salvo, a diferencia del 2019 en donde por la sequía hubo muchas pérdidas, consideró.
“Los productores del estado están convencidos que sus semillas criollas están mejor adaptadas al clima, suelo y usos tradiciones, mismos que en algunos casos tienen alto rendimiento como en Valles Centrales, Costa y Cuenca”, dijo.
Al ser centro de origen y diversidad de maíz, consideró que no se debe permitir el uso de semillas transgénicas dado que se afectaría la riqueza genética, dado que los maíces nativos tienen características especiales para enfrentar el cambio climático y otros factores.
Desde la postura de Greenpeace, los bienes comunes como el agua, los bosques, las selvas, el suelo, las semillas nativas -entre ellas la del maíz-, están en riesgo de ser privatizados, contaminados y agotados.
“Ante eso, es necesario garantizar nuestros derechos humanos a la alimentación sana y suficiente, a la salud, a la biodiversidad y a un ambiente sano y debemos cuidar el maíz cacahuacintle, el maíz palomero, el maíz colorado, el maíz olotón, el maíz pepitilla, las 59 razas de maíz nativo, las más de 60 razas que existen en México y miles de variedades que forman parte de nuestras culturas, de nuestras raíces, de nuestras cocinas, de nuestra cosmogonía, de nuestra diversidad biocultural y tradiciones”, consideró la ONG.
