Cuatro mujeres con el puño han sido plasmadas en uno de los muros de la calle de Santo Tomás, en el barrio de Santo Tomás Xochimilco. Se trata de Belén Itahí Bautista, curandera tradicional; doña Cande, quien fuera cocinera tradicional y enfermera; María Elena Ríos, activista y sobreviviente de intento de feminicidio, y Florecita, como la conocen en su barrio.
“Nucuãj”, palabra triqui que podría traducirse como “fuerza”, es el nombre de la obra monumental que se suma al corredor de arte urbano en uno de los barrios fundacionales de la ciudad de Oaxaca.
Es la primera que el artista Joel Merino, de San Juan Copala, hace en la capital oaxaqueña, y desde la cual se describe como un acompañante de la lucha de las mujeres.
Este mural es muy importante no porque esté María Elena, no porque estén cuatro mujeres de las cuales se respeta mucho su historia y su vida”, dijo Malena, una de las protagonistas de la pieza inaugurada este domingo en la capital oaxaqueña. Como esta obra, vecinos y artistas inauguraron también el mural “Comparsa del Carnaval Putleco”, del artista Lacho Peláez, en el que se conjugan alegría, fiesta y homenaje a quienes ya han partido del mundo terrenal.
El mural es para recordar a los que ya no están. Y eso es la comparsa, la alegría a pesar de la muerte, compartió Peláez.
Durante la presentación de “Nucuãj”, la saxofonista María Elena Ríos remarcó que la obra “representa a todas las mujeres de Oaxaca”, las luchas que han abanderado en un contexto de violencia machista y feminicida. También, la resistencia a la folclorización y exotización las culturas y tradiciones de las comunidades y pueblos del estado.
Precisamente esa es la función del arte, no mostrar solamente lo bonito, es mostrar la realidad que se vive en este territorio”, apuntó.
Malena se dijo muy agradecida por estar presente en esta obra y a partir de ella ser una habitante más de Xochimilco. “Porque si no fuera por ustedes, por una oración, por un cartel, por compartir una publicación, por llevar el tema sobre la violencia que me atravesó y me sigue atravesando gracias al Estado, yo no estuviera acá, porque simplemente a mí ya me hubieran matado, hubiera sido una de las cifras más”.
Al recordar que ayer, 23 octubre, se cumplieron dos años desde que su amiga Zayra Leticia Morales Loyola, Malena dijo que “vivimos en un estado totalmente impune”, en el que a las mujeres “nos quieren divididas” en tanto “somos poderosas”.
Pero este Estado impune se puede cambiar, remarcó. Y que la manera de lograrlo es en comunidad, pues así han resistido las culturas originarias desde hace 500 años (tras la colonización).
