México vive momentos de inquietud e incertidumbre ante la decisión del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, pues lejos de alentar estabilidad y crecimiento del país genera zozobra, advirtieron representantes del sector empresarial.
Raúl Ruiz Robles, presidente de la Coparmex Oaxaca, dijo que a pesar de los abundantes argumentos y datos técnicos que se han puesto sobre la mesa a lo largo de los últimos meses, se decidió a través de una consulta cancelar un proyecto en el cual se han invertido ya más de 100 mil millones de pesos.
Ruiz Robles confió que las acciones del próximo gobierno no sean inspiradas en posicionamientos dogmáticos o en posturas propias de la campaña electoral, la cual tuvo su momento y circunstancia. “Del jefe de Estado y de Gobierno, esperamos acciones basadas en la certeza que proviene de las evidencias técnicas y la valoración racional de lo que más conviene a México”.
Actuar y decidir con base en hechos y datos, no en sofismas y mitos, es propio de un gobernante moderno. Ello no está reñido con la cercanía con la gente y la atención a la voluntad popular, subrayó.
Genera desconfianza
Carlos Guzmán Gardeazábal, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), lamentó que las primeras consecuencias se vivan con el alza del precio del dólar, porque es indudable que los mercados llevan el pulso de lo que está ocurriendo y puede llegar a ocurrir, lo cual es muy lamentable ya que viviremos tiempos de inquietud e incertidumbre.
“Aun no inicia el próximo gobierno y ya empezó mal, porque con esta decisión crea una grave incertidumbre, y envía un mensaje a la ciudadanía de que no hay confianza de que se mantenga la continuidad de los proyectos transexenales, no se respetan los compromisos de inversión”, sentenció.
En tanto, Giovanni Avelino Ortega Ramírez, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), admitió que esto genera desconfianza de que se cumplan los contratos y se terminen los proyectos transexenales.
Esto puede traer consecuencias negativas para la economía del país, “ojalá que los daños no sean mayores”, pues sin duda se pueden presentar consecuencias para obras futuras.
“La cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto crea una grave incertidumbre, y envía un mensaje a la ciudadanía de que no hay confianza de que se mantenga la continuidad de los proyectos, pues representará la pérdida de unos 46 mil empleos y el costo de la cancelación del proyecto oscilaría entre los 100 y 110 mil millones de pesos”.
