Toc, toc, tocó la puerta la calaca flaca,
de Finanzas sin lamento ni presión
a Gallardo buscaba con afán la parca,
agobiado por subejercicios e inflación.
De su dependencia hizo coto de poder
de Marcello su brazo derecho-ejecutor,
cerrar la llave era la estrategia de joder
a quien no comulgaba con él, sin pudor.
Envuelto en sudario lo llevan al panteón
de San Miguel, deshecho por el terremoto,
los yupies le lloran y abrazan del pantalón,
el dinero público siempre fue su coto.