Ante los debates que ha generado la reforma judicial en México, que plantea la elección directa de jueces, magistrados y ministros por voto popular, la magistrada Adriana Alejandra Ramos León, del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil y Administrativa del Décimo Tercer Circuito del Poder Judicial de la Federación, aseguró que la independencia del Poder Judicial no está en riesgo, siempre que se garantice la capacitación de quienes aspiren a esos cargos.
“La independencia no se pierde en la medida en que haya capacitación”, subrayó Ramos León durante una charla con EL IMPARCIAL. Para ella, la labor jurisdiccional se sustenta en el conocimiento técnico y el compromiso ético: “Para una sentencia lo hago en el silencio, nadie me dice cómo dictarlas, nadie me sugiere”.
Formación sólida
La magistrada expresó que la clave de esta independencia es la formación sólida de los futuros juzgadores. Si bien reconoce que la apertura a perfiles de otras áreas —como plantea la reforma— enriquecerá al Poder Judicial, también advirtió que será responsabilidad de la ciudadanía elegir con criterio a los candidatos.
“Por supuesto que no podemos esperar que todas las personas que lleguen a este nuevo momento tengan una experiencia judicial, porque precisamente fue uno de los cambios de la reforma: permitir que personas con experiencias en otras áreas pudieran ocupar estos cargos, incluso de ministros, quienes son los que deciden los asuntos de mayor importancia en el país”, explicó.
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Ética personal
Uno de los mayores temores de los críticos de esta reforma es la posible infiltración en el sistema judicial. En ese sentido, la magistrada Ramos León fue contundente al señalar que la integridad de los funcionarios judiciales dependerá, en última instancia, de su formación y sentido del deber.
“¿Cuál será el peligro que pudiéramos tener de vincularnos con cualquier persona que pudiera menoscabar nuestra independencia? Eso ya va a depender mucho de nosotros. De cada quien en particular. De cómo asumimos esta función”, enfatizó.
Afirmó que el nuevo modelo judicial no puede desligarse del compromiso social de quienes lo integran, y reiteró que los votantes también tendrán una gran responsabilidad en este proceso.
Ciudadanía informada, clave en la nueva etapa
Lejos de ver la elección popular como una amenaza, la magistrada la considera una oportunidad para que la sociedad se involucre activamente en la selección de quienes aplican la ley. En ese contexto, hizo un llamado a la ciudadanía a ejercer su voto con conciencia y a informarse sobre los perfiles de los aspirantes.
“La ciudadanía ahora va a ser responsable. Si elegimos a un juez o un magistrado que no tenga el perfil suficientemente capacitado, no podemos esperar decisiones justas ni independientes”, alertó.
Finalmente, Ramos León se suma a una visión optimista —pero crítica— de la reforma judicial, enfatizando que su éxito dependerá de la preparación de los aspirantes, la vigilancia de la sociedad civil y la integridad ética de quienes ocupen los nuevos cargos.