“Como mujer, como empresaria, como activista y como legisladora, estoy lista para nuevos retos, aquellos que demanden desarrollo, con una visión moderna, con compromiso y sensibilidad para enfrentar la realidad que se nos presenta”, afirmó la diputada Lizett Arroyo Rodríguez en el marco de su Informe Legislativo.
Acompañada de invitados especiales, funcionarios estatales y ciudadanos en general, reiteró que su trabajo a favor de las mujeres es de tiempo completo, por lo cual solicitó licencia a su cargo como diputada de la LXVI Legislatura.
“Mi compromiso no termina acá, apenas empieza, después de todo, para enfrentar nuevas encomiendas y estar a la altura de nuestra historia y de nuestro tiempo. Es tiempo de las mujeres y vamos todas”, señaló.
Enfatizó su pasión por el trabajo político que va más allá de la demagogia.
Dijo que “Oaxaca está en la ruta de los sueños y objetivos de estas mujeres que buscan oportunidades, progreso, desarrollo y bienestar, lo digo con respeto y lo reitero y lo repito las veces que sean necesarias, no soy marioneta de ningún hombre”.
Afirmó que caminará más a la izquierda, lo cual incomodará a muchos hombres y mujeres que no deja que avancen en la equidad y la igualdad, “aún y cuando enfrenté y enfrentaré la soberbia del poder”.
“Yo seguiré trabajando para construir una nueva confianza en quienes respaldan la fórmula del movimiento, de su consolidación y de su progreso y agradezco públicamente a la doctora Claudia Sheinbaum por darme la oportunidad de ser diputada nuevamente”, lanzó.
Urgió alejarse de los políticos sin principios y sin causas, de los que no jalan parejo, de los que desprecian y aniquilan los esfuerzos de otros, para lo cual es necesario integrar a todos y a todas aquellas que se han alejado del movimiento.
“Los tiempos están cambiando y aún falta mucho por hacer, por lo que, los liderazgos debemos estar abiertos al diálogo, a la conciliación y a la unidad”.
Arroyo Rodríguez demandó que el poder no debe ser visto como un patrimonio familiar; el poder y los principios públicos de toma de decisiones en los que el pueblo nos pone, deben ser un instrumento para transformar y mejorar las condiciones de las y los oaxaqueños.

Advirtió que el pueblo pone y el pueblo quita y “si no actuamos con responsabilidad, con unidad, con misión y enfoque en el pueblo, el pueblo nos cobrará la factura. Hay que alejarnos de las prácticas del pasado, de lo que siempre criticamos cuando fuimos oposición”.
Sostuvo que el respaldo que el pueblo le ha dado a nuestro movimiento no es ni debería de ser un cheque en blanco, al ser un respaldo para que nosotros seamos su voz, es un compromiso y una responsabilidad para el pueblo.
Sostuvo que, en caso de equivocarse en ese mandato popular, van a pagar las consecuencias.
“Las causas legítimas las debemos adoptar y promover, pero también debemos oponernos firmemente a aquellas prácticas que sólo pretenden concentrar el poder y centralizar decisiones”.
Admitió que aún hay mucho por hacer para desterrar la corrupción, así como para eliminar el influyentismo y el caciquismo, aún hay mucho por hacer para eliminar la violencia de género.
Manifestó que en este año de trabajo se siente plena y con rumbo; “estoy satisfecha de concluir a través de mi trabajo y vocación con la construcción de un Oaxaca libre de violencia y discriminación, donde cada mujer tenga la oportunidad de vivir plena y en paz”.
No hay duda que el papel político de la mujer es importante para la materialización de los objetivos de la Cuarta Transformación. Y hoy más que nunca me siento orgullosa de ser parte de este movimiento, concluyó ante cientos de personas.