Con un llamado a la reflexión para frenar la desaparición forzada en México, defensores de los Derechos Humanos encabezaron ayer la presentación del libro “Tiempo suspendido”, del historiador Camilo Vicente Ovalle.
De la obra que refiere “Una historia de la desaparición forzada en México entre las décadas de 1940 y 1980”, el autor afirmó que este delito sigue sucediendo, principalmente en mujeres jóvenes.
Durante la presentación del libro, el escritor señaló que en el caso de Oaxaca, el estado se enfrenta a un problema serio por falta de información de desaparición forzada, sin registros para el conteo nacional, pese a ser una entidad donde el problema existe.
“Es difícil comprender el fenómeno en Oaxaca por la ausencia de información, donde ni siquiera se sabe cuántas personas están siendo víctimas de la desaparición”, señaló el doctor en Historia por la UNAM, luego de afirmar que muchas de las víctimas sobrevivientes se niegan a hablar porque sus victimarios siguen en activo.
“Nos estamos enfrentando a una práctica que se vincula a formas de violencia que rebasan el marco estatal y nacional. Llevamos casi 80 años ininterrumpidos con esta práctica y no debemos acostumbrarnos”, expuso.
Ante esta situación, consideró necesario someter a juicio a las propias instituciones porque no solo fueron el ejército y los policías los involucrados en casos de desaparición forzada, sino también el poder judicial y los medios de comunicación que permitieron el uso de este mecanismo. “En esta estrategia de Estado hubo muchos involucrados”, insistió.
En su intervención, el defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), José Bernardo Rodríguez Alamilla, agradeció la investigación del historiador porque permite conocer cómo se ha efectuado en el país la administración de la impunidad.
“Gracias a esta investigación, podemos ahora situar con mayor precisión los alcances de la práctica de la desaparición forzada en México, la cual, como nos recuerda Camilo Vicente Ovalle, está definida en la jurisprudencia internacional como la privación de la libertad de una persona o grupo de personas por parte de un servidor público o con la aquiescencia del Estado, acompañada de la falta o negativa de información sobre el paradero de la persona, sustrayéndola de los efectos de la ley”, expuso.
Reiteró la utilidad y acuciosidad de este libro que recorre no sólo los casos oaxaqueños de desaparición forzada, sino los de Guerrero, la Ciudad de México, Sinaloa, Chihuahua, Jalisco y otras partes de la República, donde regímenes autoritarios aplicaron durante cuarenta años (y en algunos casos, aún siguen aplicando), inhumanas prácticas de contrainsurgencia.
Al hacer uso de la palabra, la escritora Irma Pineda Santiago, integrante del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de la ONU, señaló que este tema es difícil y doloroso y que no debe repetirse.
De este libro que cuenta la historia de sobrevivientes de la desaparición forzada, donde el tiempo se suspende cuando se es víctima, Pineda Santiago recordó que el sistema de tortura está tan bien diseñado en este delito, que no solo la víctima vive en un tiempo suspendido, sino también los familiares.
