El arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, concluyó el año litúrgico con la celebración de Cristo Rey, llamando a los feligreses a vivir en la verdad y trabajar por la justicia en un país marcado por la violencia.
Durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, exhortó a los asistentes a ser “tierra buena” para sembrar el mensaje de Dios y permitir que su palabra haga maravillas en sus vidas.
Vázquez Villalobos destacó que el reino de Jesucristo es eterno y universal, distinto a los reinos terrenales que tienen límites y caducidad. Invitó a los presentes a buscar la verdad en Jesucristo y evitar caer en mentiras o actuar según conveniencias.
“No se mueva en la falsedad, sea una mujer o un hombre auténticos. No se esconda, viva en la verdad, incluso en su trabajo, aunque tenga miedo de ser rechazado o despedido”, subrayó.
Magistrados y jueces: justicia en la mira
En tanto, el arzobispo recibió a magistrados y jueces que acudieron a la catedral para encomendarse a Dios. Sin mencionar nombres, hizo un llamado a la reflexión sobre la falta de justicia en el país:
“¿Por qué se encarcela a los inocentes y los pobres que no pueden defenderse, mientras los criminales y violentos permanecen libres?” preguntó Vázquez Villalobos. Aunque pidió dejar en manos de Dios las intenciones de los magistrados, exhortó a las autoridades a actuar con rectitud y compromiso.
A mí no me pregunten qué va a pasar, porque a lo mejor estoy temeroso como usted o tranquilo como usted, pero los que conocen del tema sí nos dicen que esto está complicado.
“¿Dónde está la paz?”
“Me preocupa la paz, en nuestro país no hay paz, sigue habiendo asesinatos, para que nos vamos al estado de Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Jalisco, vámonos quedando en Oaxaca”, dijo.
El prelado expresó su profunda preocupación por los actos de violencia que afectan a las comunidades de Oaxaca.
En referencia al reciente ataque armado contra una peregrinación en honor a Santa Cecilia en Amoltepec, narró cómo niños y músicos fueron atacados mientras caminaban hacia la celebración de su patrona:
“Les dispararon, se escuchó a los niños corriendo y gritando. Uno de ellos cayó alcanzado por una bala. Esto lo viven nuestros pueblos año tras año, y no hay quien ponga remedio”
“Hay otros que tienen las estrategias y las deben aplicar, ¿cuándo vamos a tener paz en nuestros pueblos de Oaxaca?, ¿Cuándo no nos vamos a pelear por una tierra, por unos límites?, ¿Cuándo dejaremos de pelearnos?”, lamentó el obispo haciendo referencia a las autoridades quienes han estado enterados de los conflictos agrarios en la zona, pero hacen caso omiso al tema.
“Las armas no son signo de paz ni justicia”; mencionó que aunque su trabajo como clérigo solo está en hacer llamados a la población, cada misa insiste a las familias que las armas sólo siembran odio.
“Papás, piensen en el futuro de sus hijos”, pero hasta ahí termina su trabajo, agregó.
Finalmente, mencionó que visitará Amoltepec en el mes de febrero del 2025, para consagrar el templo y aprovechar que se reunirán las comunidades para valorar el asunto de La Paz.
El arzobispo también hizo un enérgico pronunciamiento contra los feminicidios, lamentando que las mujeres sigan siendo asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.
“Respetemos la vida. Llénese de verdad, justicia, amor y paz, y comparta eso con los demás. Solo así construiremos el reino de Dios en la tierra”, concluyó.