Trabajadores del volante se han visto obligados a tomar algunas previsiones de seguridad para tratar de aminorar los riesgos de asaltos, tanto de la cuenta del día como del robo de unidad.
Y es que a últimas fechas se han registrado varios casos de asaltos a trabajadores del volante, básicamente de sitios de taxis del centro y que los efectúan en las colonias periféricas a la capital.
Un ejemplo de esto lo da Alexis, trabajador del volante con más de 10 años, quien prefiere no revelar sus datos personales para evitar algún incidente posterior.
Siempre cuando observamos que los posibles pasajeros son varones en parejas o tercias se pide más de la cantidad normal para que valoren, si no chistan en pagarlo eso es una señal de alarma porque no les interesa el viaje, sino sacar provecho”, explica.
Aquí tenemos de dos opciones o pedimos el pago por adelantado para evitar el asalto o nos mantenemos en la frecuencia durante todo el viaje para marcar ubicación y los compañeros (taxistas) puedan apoyar en caso de ser necesario, indica.
De complexión robusta, el taxista del centro relata que hace unos seis años fue víctima de asalto a quien dos sujetos lo golpearon de manera salvaje, le robaron la unidad de motor y lo fueron a tirar por la zona de Mitla.
Expone que su error fue no reparar en que los pasajeros venían alcoholizados y agresivos desde el primer momento en que abordaron, “cuando quise bajarlos ya tenía una daga en el cuello y golpes en la cara”.
Detalla que ya se dejó de patrullar de manera efectiva por parte de la Policía Vial tanto del estado como la ahora Guardia Nacional (GN), porque antes con los cambios de luces se podía pedir apoyo y ahora nadie presta atención.
Con su uniforme, que lo identifica, menciona que ya han diseñado estrategias internas por sitio y en el gremio, para apoyarse en caso de riesgo, aunque en ocasiones solo depende del instinto y de cooperar con la delincuencia, entregando dinero, celular y la unidad.
Es la vida o las pertenencias y así no se puede jugar, es mejor evitar el pasaje que genere alertas y es mejor perder unos pesos a que les cueste la vida a los taxistas”, reitera quien al término del turno le toca llenar el tanque de gasolina y lavar el carro para el siguiente chofer.
