Una demanda laboral entrampada en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA) desde el 22 de marzo de 2021, un temporal que se extendió por un año y el desalojo de trabajadores, así como la intimidación denunciada por estos mantienen en la incertidumbre el destino del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).
Este 10 de abril se cumple un año del desalojo sufrido por Óscar Aragón, uno de los entonces trabajadores que mantenía su guardia en el recinto, ante las advertencias de la asociación civil de no permitir más el ingreso de la plantilla laboral.
El desalojo se lo adjudicó la asociación civil Amigos del MACO, aunque en una entrevista su presidente, Rubén Leyva, argumentó la existencia de una demanda y por la cual los trabajadores no debían permanecer en el inmueble, pues incurrirían en un “allanamiento”. Asimismo, explicaba que ese cierre temporal era para efectuar una auditoría y la renovación de la plantilla.
Aunque se estimaba para unos meses, el cierre ha cumplido el año. En este tiempo, la asociación ha acusado a Cecilia Migüer (directora desde 2014 y hasta antes del desalojo) de triangular recursos que no estaban destinados para el pago de nómina, entre otros aspectos que frenaron las posibilidades de acceso a recursos gubernamentales.
Mingüer ha rechazado los señalamientos y explicado que lo que la asociación intenta es “lavarse las manos”. Además de indicar que su trabajo no estaba vinculado con el manejo de recursos y que la asociación ha tratado de intimidarla a ella y a los demás empleados.
Como esto, Mingüer refirió en un momento que Amigos del MACO ordenó incluso emplear recursos otorgados por el gobierno estatal para el pago de la nómina.
A un año del desalojo y el cierre del recinto, un grupo de empleados que mantiene la demanda laboral señala que el MACO fue “cerrado por la fuerza, la arrogancia y la ignorancia de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta), la Policía Auxiliar Bancaria, Industrial y Comercial (PABIC) y la asociación civil Amigos del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca”. Encabezada esta por el artista Rubén Leyva Jiménez; el empresario y ex funcionario priista José Luis Bustamante del Valle, y la empresaria Mayela Audelo Holm.
El 10 de abril de 2021 marcó el cierre indefinido del museo que abrió sus puertas el 28 de febrero de 1992 por iniciativa de un grupo de artistas como el fallecido Francisco Toledo, el gobierno estatal y el federal (mediante sus respectivas instancias culturales).
Antes de ello, el recinto había cerrado temporalmente por la pandemia de Covid-19, entre marzo y septiembre de 2020. Pero a ello siguió el estallamiento del conflicto laboral en diciembre de 2020. El 22 de marzo de 2021, 19 empleados demandaron ante la JLCyA a Amigos del MACO porque no habían ni han recibido sus salarios ni otras de sus prestaciones desde abril de 2020.
EL IMPARCIAL buscó al presidente de Amigos del MACO para conocer su perspectiva a un año del cierre. Sin embargo, no fue posible obtenerla. Sin embargo, en entrevistas previas, Rubén Leyva explicaba que el ente que dirige estaba en la disposición de “respetar todos los derechos laborales de los extrabajadores”. Aunque advertía que no se dejaría sorprender por “quienes pretenden pasar como trabajadores siendo contratados por la exdirectora”.
“Tampoco es correcto que pretendan sorprendernos en la demanda argumentando que nunca se les pagó y que existan recibos y transferencias electrónicas de los pagos recibidos y cobrados, nóminas timbradas y firmadas”, respondió Leyva en junio de 2021.
El presidente de Amigos del MACO también informaba que desde junio de 2021 el nuevo director es Oliver Martínez Kandt y que la reapertura del recinto sería en “breve”. Incluso, que se planeaban “actividades a la altura del museo”, pues los 30 años de esta debían ser “una fiesta para todas las y los oaxaqueños”.
La reapertura no se logró y el 28 de febrero pasado el MACO cumplió 30 años de su inauguración, pero cerrado.
A un año del desalojo y cierre, quienes mantienen la demanda consideran necesario reabrir el museo, pues con su cierre no solo se violentaron los derechos de las y los trabajadores sino de la sociedad.
“La comunidad oaxaqueña también fue violentada”, apuntaron previo al aniversario del desalojo, y en torno al cual señalaron que “todos los trabajadores” fueron despojados de sus sueldos, pertenencias y empleos.
Es necesario que el museo reabra, dice Cecilia Mingüer a nombre de sus compañeros Óscar Aragón, Laura Cravioto, entre otros. Pero esta reapertura debe ser “con una visión congruente con los derechos humanos, tanto de los trabajadores del museo como del público espectador y de los temas que aborda el MACO”.
