“Le hablaron a mi madre, que ya es una persona mayor, y nos asustamos de verdad. Llevo 5 días sin poder dormir bien. Dijeron que tenían secuestrada a mi hermana en un lugar y nos pedían dinero ¿cuánto tienen?, me preguntaron, y entonces corrí a depositar la cantidad acordada, pero al formarme para realizar la transferencia alguien se dio cuenta de mi nerviosismo, tomó mi teléfono y simplemente colgó”, relató Javier que así lo nombraremos para guardar su identidad, estuvo a un tris de concretar la extorsión.
“No, no denunciamos ¿para qué? no sabemos si las propias autoridades están involucradas”, lamentó.
En apenas 9 años, el delito de extorsión, denunciado, creció en Oaxaca 149%, al pasar de 53 en 2016 a los 132 el año pasado, uno cada dos días. Sin embargo, estos datos son engañosos y muy lejos de la realidad, muchos de estos delitos no se denuncian, por lo cual la cifra es mucho mayor en Oaxaca y en el país.
De acuerdo con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en el documento Es urgente una Ley General contra la Extorsión, liberado en marzo y respaldado con estadísticas del Inegi, señala que la cifra negra es alarmante.
Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE) 2024 del Inegi, el 96.7% de los delitos de extorsión no se denuncian. El miedo a represalias de criminales y funcionarios deja a las víctimas indefensas. En algunos estados se ha registrado un incremento de hasta el 50% en seis años, evidenciando la urgencia de atender este fenómeno.
Si nos vamos más atrás y tomamos como referencia el 2015, entonces tendremos que en una década las denuncias, que no el delito por extorción, se han incrementado en 333%.
“Fueron momentos de angustia, en ese instante no pensé, no tenía cabeza; con palabras altisonantes me exigían el rescate y mientras escuchaba a mi hermana llorando, implorando ¡por favor ayúdame!, llamaba por mi nombre, ahora sé que era una mujer quien fingía ser mi hermana”, narra la víctima de extorsión.
“Luego entonces que recibí ayuda, que un desconocido tomó mi teléfono y colgó, entonces me percaté de la situación; marqué mi hermana, estaba en su negocio, a su esposo, quien la acababa de dejar y regresaba tranquilo a casa; nos comunicamos con la familia y solo quedó en eso, en el susto”.
¿Vas a denunciar? “no, para qué, tenemos miedo; luego me marcaron dos o tres veces más y ya no contesté, era de una ‘lada’ de Culiacán”, confió.
De acuerdo a los datos disponibles en el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública federal, de 2015 a 2017 la cifra de denuncias se mantuvo estable; fue en 2018 cuando el delito se disparó en Oaxaca, hubo un crecimiento de 62%, al pasar de 80 en 2017 a 130 para ese 2018. Desde entonces, Oaxaca registra siete años seguidos en que se reportan más de 110 extorsiones por año.
Sin embargo, atendiendo las proyecciones del Inegi, que por cada delito se dejan de denunciar 9, la cifra en la entidad es dramáticamente mayor, muy cercana a las mil extorsiones al año, un promedio de más de tres diarias.
El año con mayor cifra de extorsiones en Oaxaca fue 2023, con 140, un crecimiento de 18% con respecto a las 118 reportadas en 2022. El año pasado la cifra bajó a 132, una disminución de 5.7% con el año previo, aunque las cifras no reflejan lo señalado por especialistas respecto a que es un delito al alza.
En lo que va de este 2025 la Fiscalía General del Estado de Oaxaca da cuenta de 25 extorsiones de enero a mayo, un promedio de 5 por mes. Este es un indicativo crítico pues da cuenta que los ciudadanos han dejado de denunciar las extorsiones.
El propio gobierno federal, a través de Marcela Figueroa Franco, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica, ha reconocido que la extorsión ha crecido casi 26 por ciento, siendo el único delito que no ha logrado reducir su incidencia en el país.
De ahí que no tendría por qué disminuir la cifra de extorsiones en Oaxaca. De acuerdo con datos de DataCoparmex, el 54.5% de los socios empresariales fueron víctimas de algún delito durante 2023, siendo la extorsión fue el segundo más frecuente con el 70% por vía telefónica y el 30% en modalidad de cobro de piso.