Diversas inconsistencias han salido a la luz sobre el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, dado que por la continuidad de la pandemia de Covid 19, en algunos sitios los becarios no son requeridos presencialmente.
Desde hace dos semanas se abrieron las inscripciones a uno de los programas sociales insignias del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dirigido a jóvenes de 18 a 29 años que no estudian ni trabajan.
El objetivo del programa federal es desarrollar habilidades en los jóvenes y a la vez se capaciten para un trabajo, por lo cual a lo largo de un año recibirán como beca casi 4 mil 310 pesos.
Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), se dividirá en dos etapas; una que concluye en marzo y la otra que arrancará una vez terminado el proceso electoral del 6 de junio.
En Oaxaca, hasta 2020 cerca de 29 mil jóvenes que no estudiaban ni trabajaban habían sido beneficiados con el programa, principalmente en el sector de oficios en la iniciativa privada.
No obstante, en el diagnóstico del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) sobre el programa insignia del gobierno federal y operado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), advirtió diversas inconsistencias.
Advierten que muchas empresas ven que es “más rentable” que sea el gobierno quien financie su planta laboral, convirtiéndose en un subsidio y dejando sin empleo a una persona en edad productiva.
Dado que tal como está diseñado actualmente el programa, no se puede saber si en verdad cumple con sus objetivos: la inclusión laboral y la adquisición o fortalecimiento de habilidades, advierte Coneval.
Por ejemplo, Juan es un joven de 20 años que no concluyó la instrucción media superior al reprobar varias materias tuvo a bien inscribirse en el programa federal en lo que pasaba sus exámenes para así obtener su certificado de estudios.
No obstante en el negocio que lo aceptaron, por la pandemia, le sugirieron no ir todos los días a prestar sus servicios de atención al cliente, pero a cambio tendría que dar a los capacitadores el 40% de la beca.
“No lo veo mal porque me quedo en mi casa y me llega el dinero, con esto apoyo a mis papás y además tengo tiempo para otras cosas”, dice mientras revisa su celular para continuar jugando en línea.
Revela que como él, también a otros amigos les han sugerido entrar al programa y hacer como que se capacitan y cobrar el dinero, no sin antes entregar una parte a los supuestos capacitadores.
Las reglas de operación indican que el becario deberá asistir a la capacitación en los días y horarios establecidos por el Centro de Trabajo, a lo largo de cinco días a la semana y entre cinco y ocho horas diarias, con una evaluación mensual por parte del tutor.
Por lo que a lo largo de 12 meses, los beneficiarios podrán cambiar de Centro de Trabajo una sola vez y en su segunda oportunidad, se capacitará el tiempo restante hasta cumplir el tiempo que ofrece el programa.
Y posterior a la capacitación los jóvenes recibirán un documento que acredita las habilidades que adquirió en la capacitación, en caso de no ser contratado, la plataforma ofrecerá un menú de opciones que le ayudará con la incorporación al mercado laboral.
Algo importante es que la beca se deposita a través de una cuenta bancaria y el pago se realiza una vez al final de cada mes, el primero de ellos es después de haber iniciado con la capacitación.
