Cuando Camerino Pérez salió de Santiago Amoltepec, Sola de Vega, el pasado domingo, tenía la esperanza que su paso por la capital fuera solo de unas cuantas horas. Iba a formarse y pasar al banco a retirar el apoyo de ProAgro. No fue así y la espera se tornó en días, en cientos de pesos en comida y en un cuerpo molido por dormir en la calles, afuera de la sucursal bancaria.
No le quedó más opción que pernoctar a la intemperie, sobre la avenida Miguel Hidalgo del centro de la ciudad. Pero no fue el único. Como él, sus paisanos pasaron por lo mismo. Al saber que “nada más iban a atender a 200 personas, productores” se retiró de la fila. Ya no había alcanzado ficha en la sucursal que desde la semana pasada la rodeada una larga fila de beneficiarios que han viajado hasta 10 horas para retirar los apoyos.
Muchos han tenido que aprender a guardar la sana distancia por las reiteradas peticiones de elementos de seguridad municipal, estatal y federal. Los mismos que hace días reclamaban la falta de empatía y de buen servicio a los empleados de un banco ubicado en la esquina de Hidalgo y Armenta y López.
El lunes, Camerino intentó en otras sucursales en la colonia Reforma y en la agencia Santa Rosa. El resultado fue el mismo. El martes trató y tampoco alcanzó ficha. Entonces, sin suficiente dinero para comer o para ir al baño, decidió dormir afuera del banco, en el que este miércoles, alrededor de las 7:00 horas, comía una tlayuda. Al menos eso, dice, le calma el hambre, en vista de que por la contingencia sanitaria prácticamente no hay dónde conseguir alimentos.
“Se está poniendo fuerte la enfermedad del coronavirus y aunque uno no quisiera estar, por esta necesidad del apoyo, por eso estamos aquí para luego retirarnos a nuestras casas”, narra uno de los 82 mil 379 campesinos censados para este programa la delegación estatal de Programas para el Desarrollo de la Secretaría de Bienestar.
Camerino es parte de las decenas de productores que han venido en al menos cinco camiones de Amoltepec, cada uno con 15 personas. Y este miércoles, mientras guardaba el lugar de otro paisano y comía su tortilla, ha conseguido la ficha número dos de las 254 repartidas antes de las 8:00 horas por un empleado del banco. Pero aunque ya cuente con un lugar seguro, tendrá que esperar un rato más a que abra la sucursal, en una mañana en que el sol que pega a plomo desde sus primeros rayos.
Lo mismo pasa con José Márquez, de Santiago Textitlán, Sola de Vega. Él llegó el martes al amanecer, pero ni así consiguió turno, no tuvo más opción que peregrinar en busca de otra sucursal, aunque sin buen resultado. Eso lo llevó a decidirse por dormir afuera del banco y asegurar, la mañana del miércoles, la novena ficha.
Una suerte similar le ha tocado a don Manuel Trinidad, de San Jerónimo Yahuiche, Atzompa. Con bastón en mano, llegó antes del alba y se hizo acompañar de su hijo, quien usa muletas. Ambos vinieron el lunes, cerca del mediodía, pero no alcanzaron turno. Ahora, tendrán que esperar varias horas mientras llaman a quien tiene la ficha 252, una de las últimas.
Desde la semana pasada, el paisaje afuera de las sucursales bancarias del centro de la capital es similar. En especial en esta de Hidalgo y Armenta y López. En la ciudad, según la página web de Banamex, son cuatro las sucursales que están operando durante la crisis sanitaria: dos en la colonia Reforma, una en el centro histórico y otra más en la agencia Santa Rosa Panzacola.
Sobre la situación que han vivido en estos días las y los productores del campo, la delegación de la Secretaría de Bienestar en Oaxaca señala que el recurso es su derecho y bajo ninguna circunstancia se les puede negar el apoyo ni retrasar su entrega, “más en esta situación tan complicada que vivimos”. Y que por ahora el personal de la delegación ha acudido a algunas sucursales para ayudar a guardar las medidas de seguridad, “pues las instituciones se han visto rebasadas para atender a esta población, es importante decir que no todas las sucursales operan y que las ventanillas de atención son pocas”.
Según datos de la delegación delegación Oaxaca, el avance en la entrega de estos apoyos es del 70 por ciento. Sin embargo, se prevé que casos como el de Camerino Pérez y José Márquez se repitan. También aquellos como el de Trinidad Reyes y su hijo Filadelfo, quienes viajaron de San Nicolás Quialana, Zimatlán, y llegaron a la sucursal cerca de las 6:00 horas, pero se quedaron a apenas unos sitios de obtener una ficha. Hoy quizás tengan mejor suerte.
