En su natal Villa de Zaachila, lo tradicional es la barbacoa cocida en horno de tierra, misma que ofrece desde su local en el mercado Benito Juárez, en la ciudad de Oaxaca. Para la familia de Reyna Mejía Torres, las fiestas decembrinas son la oportunidad no sólo de vender las carnes y productos de origen animal para elaborar los alimentos sino para compartir la variedad de platillos que se acostumbra consumir en su comunidad durante la cena de Navidad y la de Año Nuevo. Entre ellos la pierna enchipotlada, el Niño envuelto y el espinazo enchilado que también se cuecen en horno.
Cada fin de semana, la barbacoa zaachileña se suma a la lista de productos, pero en estas fechas es cuando más la solicitan. Aunque en algunos hogares se preparen el lomo mechado, pastas, algún pavo o guajolote, incluso pescados y mariscos, la tradición oaxaqueña se inclina más por el pozole, la barbacoa y otros alimentos. Estos llevan alguna carne roja o cerdo y pollo.
Reyna comenta que en cuanto a carnes o embutidos los clientes “buscan la costilla para hacerla asada, el lomo para prepararlo relleno, el tasajo, la cecina y los chorizos”. En su caso, también tendrá alimentos ya preparados para facilitar la labor y que los esfuerzos solamente sean en la preparación del ponche o lo demás de la celebración.

La carne de res, la de cerdo, el pescado y el pollo son los productos que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) identifica como los más habituales para la cena de Navidad y de Año Nuevo. En su último reporte sobre el Índice Nacional de Precios al Consumidor, señaló que entre estos fue la carne de res la que tuvo una mayor variación de precio entre octubre y noviembre, pero que no es ni el uno por ciento más que en el mes de octubre.
Reyna explica que los precios en su local se han mantenido, pues la situación económica de las familias ha modificado la demanda de carnes al pedir en menor cantidad. Además, porque la competencia los obliga a tener precios accesibles y menores que los de los supermercados.
En su local no pueden faltar las diversas carnes y cortes de res y cerdo, tampoco el queso de puerco, chorizo, asiento de cerdo y demás productos que le solicitan.
Durante el fin de semana, en este mercado varias personas ya buscaban lo necesario para la cena o iban haciendo sus pedidos para los próximos días. Incluso para viajar y compartir con la familia. Para varias, aún era incierto el costo de la cena, ya que seguían cotizando productos para el ponche, la comida, el postre y otras bebidas y porque en sus familias el gasto se había repartido entre los adultos.