En la sala de espera de la Clínica OSMO Oaxaca, un hombre de complexión robusta con anteojos, pantalón de mezclilla y zapatos cafés, espera el llamado para pasar al área donde le aplicarán la primera dosis en el estado y el resto del país, de la prueba de la vacuna contra el Covid-19.
En el lugar también se alistan otros voluntarios que pasaron por todos los filtros, rellenaron formularios y firmaron el consentimiento informado, luego de ser valorados por personal médico que constató su buen estado de salud.
Este viernes poco antes de las 15:00 horas, llegaron los primeros 10 voluntarios de un total de 900 que decidieron sumarse a este ensayo clínico que se realiza en Oaxaca en su fase 3, que es parte de la búsqueda de una vacuna que ayude a la humanidad a combatir este nuevo coronavirus.
Separados del área común de la Clínica de la Red OSMO Oaxaca, los voluntarios toman asiento o son guiados por el personal médico que da indicaciones sobre a qué espacios deben acudir, con los debidos protocolos de seguridad y confidencialidad.
Mujeres y hombres del área médica y de enfermería, así como químicos y otros más del área administrativa, se alistan en cada cubículo con su equipo de protección personal, mientras los del área de cocina preparan un platillo gourmet que ofrecerán a los voluntarios antes de su retiro.
Cubierto del pecho y la espalda con una bata clínica, el primer voluntario, de cabello negro y cuya edad aparenta ser de los 35 a 40 años de edad, avanza hacia el área de vacunación donde fue colocado un letrero con la palabra: “GRACIAS”.
Un grupo de enfermeras se encuentra en el lugar y no oculta su emoción por participar en la aplicación de las primeras dosis de prueba de la vacuna Ad5-nCoV, del laboratorio chino CanSino, distribuidas en 13 estados del país.
Un silencio de al menos 10 segundos se percibe en esta “área de vacunación”, cuando una de las enfermeras alista la dosis y la jeringa que dirige hacia el hombro izquierdo del voluntario, que se mantiene de espaldas hacia un grupo de mujeres y hombres de los medios de comunicación.
La enfermera con uniforme de la Red OSMO, lentes de armazón negro, cubrebocas y gorro, aplica la primera dosis que captan varias cámaras fotográficas y de video.
En este hecho histórico para Oaxaca acude el director general de la Red Osmo Oaxaca, Víctor Bohórquez López, la infectóloga e investigadora Norma Rivera Martínez, así como el subdirector general de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Juan Carlos Márquez Heine, quien atestiguó la primera aplicación de la dosis, cuyo procedimiento fue autorizado solo en 20 centros médicos del país.
Para la entidad, el Gobierno federal envió al menos mil dosis para su aplicación de manera paulatina, para evitar la concentración de un gran número de voluntarios y llevar el proceso con los protocolos correspondientes.
Desde que la federación anunció que Oaxaca sería uno de los estados donde se aplicarían estas dosis que apenas llegaron el lunes, los responsables de esta Red iniciaron acciones de reclutamiento y en sus primeros días ya habían captado a 400 voluntarios.
Posteriormente la cifra se elevó a 700 y luego a 900 hasta ayer, que deberán pasar por los filtros correspondientes y estar seguros de continuar hasta el final, porque los antecedentes de otros ensayos clínicos evidencian deserción en alguna de las etapas de valoración.
Como parte del proceso, el personal de la Red OSMO envió un servicio de transporte particular para cada uno de los voluntarios para trasladarlos desde sus viviendas a la Clínica y regresarlos, además de proporcionarles alimentos durante su estancia.
Uno de los requisitos para ser voluntario es ser mayor de 18 años de edad, no haber tenido Covid-19, no estar embarazada ni tener una enfermedad crónica degenerativa no controlada, entre otros requerimientos.
De acuerdo con los directivos de la Clínica, la Red Osmo hará público cuando se concluyan las inscripciones y dejen de admitir a más voluntarios, una vez que se ocupen las dosis asignadas a Oaxaca, que son alrededor de mil.
A quienes acudan se les dará un seguimiento diario como parte del protocolo, a fin de monitorear si presentan alguna reacción a la vacuna, como dolor de cabeza o en el lugar de aplicación, como sucede en algunos casos con otras vacunas como la influenza.
