Mientras el Gobierno federal aseguró que habría una mejora en los servicios de salud nacional en los últimos seis años, Oaxaca evidenció un retroceso en la atención médica y mantuvo los mismos vicios y rezagos en la mayoría de unidades hospitalarias.
Además, resurgieron enfermedades que ya se creían erradicadas como el paludismo en 2022, luego de casi 10 años sin el padecimiento, así como la rabia humana después de 20 años sin algún caso.
El desabasto de vacunas que presentó el país durante el sexenio federal no solo generó que Oaxaca disminuyera su aplicación y se ubicara entre los primeros lugares con menor cobertura en el esquema básico, sino también dio origen a padecimientos prevenibles por vacunación como el tétanos, sobre todo en la primera infancia.
En 2021, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ubicó a Oaxaca entre los cuatro estados con peor cobertura de vacunación en menores de un año con el 11.7%, y en los de dos años del 20%.
Lejos de fortalecer el esquema de vacunación ante la emergencia sanitaria por Covid-19 en el país, la federación descuidó este rubro, con especial afectación a los estados del sur sureste. Por varios años, desde que inició el sexenio, el desabasto de vacunas contra el tétanos era una constante.
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Fue así que el 1 de febrero de 2023 esta casa editorial dio a conocer el primer caso de tétanos en una menor de tres años de edad del distrito de Pochutla, días después de su ingreso al Hospital de la Niñez Oaxaqueña el 30 de enero. En entrevista con El Imparcial, el padre de la menor afirmó que la niña no tenía antecedentes de vacunación por falta de biológicos desde que nació.
Otra enfermedad que resurgió, pero en este 2024, fue la tosferina, luego de cuatro años sin registro de la enfermedad y también prevenible por vacunación desde la primera infancia. Dos casos se reportaron en menores de 11 meses y 3 años de edad originarios de San Juan Bautista Tuxtepec y San Mateo Río Hondo, así como otro niño de dos meses de Puebla, con atención en Puerto Escondido.
En materia de salud la entidad evidenció también la tardía atención y negligencia médica en los casos de dos menores de edad que murieron por rabia luego de la mordedura de un murciélago, pese a que la enfermedad pudo evitarse con la aplicación de una vacuna en tiempo y forma.
El constante desabasto de medicamentos en las unidades de salud, sobre todo en perjuicio de niñas y niños con cáncer, generó constantes protestas no solo de madres y padres de pacientes, sino también de trabajadores del Hospital de Niñez Oaxaqueña.
Durante los últimos seis años, distintas asociaciones en apoyo a niños con cáncer mostraron su inconformidad por el faltante de medicamentos y retraso en quimioterapias, así como la falta de funcionamiento de equipos de Rayos X y de laboratorio, con pago en los servicios de varios miles de pesos.
Fue en este último año del sexenio cuando se determinó la ausencia de todo tipo de cobros en este nosocomio ubicado en San Bartolo Coyotepec, el cual lleva tres meses cerrado después de una inundación por lluvia.
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Otro de los hospitales emblemáticos de Oaxaca, como el General “Dr. Aurelio Valdivieso”, mostró las mismas carencias que en sexenios anteriores, sobre todo en abasto de medicamentos, equipo e infraestructura.
Incluso en los últimos meses las y los trabajadores han mostrado las constantes deficiencias por falta de equipos y constantes fallas en los elevadores, además de un déficit de médicos especialistas y enfermeras.
Este nosocomio también se ha puesto en la mira nacional por la colocación de un recién nacido en una caja de cartón improvisada como cunero, además del faltante de agua por un día en temporada de sequía, pese a los riesgos para el personal de salud y pacientes.
Como en repetidas ocasiones lo ha señalado esta casa editorial en el transcurso de los últimos años, las carencias en materia de salud son una constante, tanto en hospitales como centros de salud de las distintas jurisdicciones sanitarias.
Incluso durante la pandemia por Covid-19, la entidad mostró una desorganización en la aplicación de vacunas, que hasta 2023, cuando concluyó la emergencia sanitaria, se tuvo un acumulado de más de 6 mil defunciones confirmadas y más de 160 mil casos positivos, sobre todo en las jurisdicciones de Valles Centrales, Istmo y Tuxtepec.
En cuanto a insumos en el combate a la enfermedad, trabajadores del Hospital Civil también salieron en protesta en varias ocasiones, al denunciar insumos de mala calidad, déficit en ventiladores y de personal médico.