En Mitla, cada pan de figura y grecas blancas significan una persona; por eso, en los altares de Día de Muertos pueden contarse hasta 15 debido al número de personas que han fallecido en una familia.
En esta comunidad hay decenas de familias quienes impulsan la colocación de altares que comienza desde el 20 de octubre para la elaboración de las piezas que son del agrado de los visitantes tanto nacionales como extranjeros.
Para la preparación, desde el mes de mayo inicia la elaboración de las caritas que se utilizan para adornar los panes por los artesanos.
Lo que caracteriza el decorado son las grecas en blanco, que significan los huesos y cada pieza representa a una persona en el altar, entonces, en los altares puede encontrarse desde 10 a 15 panes porque representa a cada quien y no está”, dijo Wendy Quero Vásquez, quien representa la tercera generación en su familia.
Quero Vásquez se encuentra en la panadería del Centro, en la calle de 5 de Mayo, desde donde el olor al pan empieza a percibirse desde la madrugada y prácticamente durante todo el día.
La joven relató que para el cocimiento de las piezas utilizan el horno de leña, como de manera tradicional se hacía en esta comunidad y lo cual es una de las características del pan de Mitla.
Ella desde pequeña aprendió a realizar todos los procesos, desde la preparación de los ingredientes y después, el trabajo en sí de hacer el pan, que comprende el amasado, el darle la forma a las piezas y checar el horneado.
En esta temporada estamos realizando un aproximado de 3 mil a 4 mil piezas en un día y trabajamos del 20 al 31 de octubre”, informó Wendy, quien labora en una de las 22 panaderías que se dedican a esta producción en esta temporada.
En esta panadería también van generando empleos porque hay menores que van aprendiendo paso a paso esta elaboración.
Por su lado, el incremento en el precio de los insumos incide en el aumento de precio en la realización de los panes.
En una veintena de panaderías se dedican a la elaboración de pan “corriente”, cuya característica es que no tiene huevo, pero sí azúcar, mismo que le da un sabor peculiar que es originario de Mitla.
También elaboran el de yema, de mantequilla, entre otros característicos para esta temporada.
Son cientos de personas quienes acuden hasta la comunidad de los Valles Centrales con el objetivo de adornar sus altares con uno de los mejores sabores y piezas características.
