Fiesta y alegría en el Zócalo

Luce esplendoroso como en sus mejores tiempos, con focos multicolores con motivo de las fiestas decembrinas, sus fuentes tienen agua cristalina y sus espacios son recorridos por familias oaxaqueñas que hoy pueden caminar y disfrutar de su Zócalo en un ambiente de fiesta y alegría.

El frío de la noche no impide que decenas de familias puedan observar la fachada principal del Palacio de Gobierno que durante más de 12 años fue imposible admirar.

Han lavado pisos y paredes del Palacio de Gobierno donde antes había anafres y estufas, también han borrado pintas y leyendas, como también han colocado mantones con “nochebuenas” en las jardineras del Zócalo.

Mientras niños y niñas juegan en esos espacios recuperados a los vendedores ambulantes, mujeres y hombres escuchan la música que surge desde el quiosco que ha sido escenario de todo tipo de sucesos.

Tenía años de no venir al centro y ahora que han quitado tantos puestos y se puede caminar por el Zócalo sin ningún problema qué bonito se ve. Así sí dan ganas de decirle a la gente que vengan a Oaxaca, que sí se puede vivir en orden y tranquilidad”, expresó doña Catalina Vázquez.

Acompañada de su esposo Manuel, expresó que cuando hay voluntad se pueden hacer las cosas. “Vea usted qué bonita iluminación, hoy se puede caminar y disfrutar de un Zócalo que durante muchos años sólo veíamos en postales o lo imaginábamos por las pláticas de las personas mayores”.

Los restaurantes ubicados en los portales están abarrotados y la escenografía del primer cuadro de la ciudad anima a disfrutarlo después de tanto tiempo agobiado.

Sentado en una de las bancas, don Javier aseguró que cuando se enteró que habían recuperado el Zócalo para el disfrute de los oaxaqueños decidió volver a recorrerlo.

Tengo 76 años y pensé que ya no volvería a ver al Zócalo para caminarlo y recordar tantas historias. Aquí veníamos los domingos para tomar una nieve en la Alameda y después escuchar a la Banda de Música del Estado”.

Recordó que familias enteras de oaxaqueños acudían los domingos a pasear, después de escuchar misa en la Catedral. “Eran tiempos muy bonitos que ojalá las autoridades las recuperen y no permitan que estos espacios que son de los ciudadanos se vuelvan a perder”.

El ambiente festivo que se vive contrasta con la imagen que hasta hace unos días se vivía en el Zócalo, entre puestos de vendedores de todo tipo de mercancías, un corredor de Palacio de Gobierno escaparate de artesanías y montones de basura que ahuyentaron por completo a propios y extraños.

Prestadores de servicios turísticos expresaron: “así si da gusto trabajar, porque vienen los oaxaqueños pero también los turistas nacionales y extranjeros. Ahora hay que cuidarlo, que no vuelvan a tomarlo para sus manifestaciones y plantones porque ya hemos sufrido mucho”.