El cierre del relleno sanitario ubicado dentro del municipio de Zaachila no solo afecta a los habitantes de los municipios conurbados de la capital, sino también a los pepenadores que viven al día y no han podido trabajar de manera normal debido a que les han quitado de la noche a la mañana su fuente de trabajo.
Patricia García, presidenta de la Unión de Pepenadores Guie-niza (Flor y Agua), lamenta que las autoridades no los tomen en cuenta ya que dependen del basurero 50 familias y alrededor de 130 personas, más el turno de la noche; no previeron esta situación y no cuentan con ahorros para soportar un tiempo sin laborar, ya que ellos viven al día con lo que recolectan para llevar un sustento al hogar.
Pensamos que nos darían un tiempo, mínimo de aquí a diciembre, pero de la noche a la mañana nos cierran nuestra fuente de trabajo y lamentablemente solo el gobierno nos visita cuando son épocas electorales; por ejemplo, el gobernador Murat, en campaña sí vino, pero una vez que ganó y siendo ya mandatario, nunca volvió a visitarnos, y no nos ha ayudado para arreglar esta situación”, comentó la dirigente.
A pregunta expresa, la presidenta dice que el relleno sanitario aún tiene vida siempre y cuando el gobierno le dé un tratamiento adecuado, ya que tiene espacio suficiente y con la ayuda de los pepenadores, podrían caber más desechos y se extiende su vida útil.
Doña Rosalba Gaytán, pepenadora de cuatro generaciones, llevaba desde pequeños a sus tres hijos para aprender de este trabajo honesto y aunque ahora ya tienen sus propias familias, continúan dependiendo del tiradero para subsistir.
Ella comenta que un salario fijo no lo tienen, ganan de los materiales reciclados que acumulan y venden por kilo, de ahí que puedan sacar de mil a mil doscientos pesos semanales para poder salir adelante con su esposo, ya que ahora están los dos solos.
Doña Rosalba ha pasado de todo en este lugar, lluvias, incendios, calores, fríos y aunque poco remunerado, le dedica a este trabajo la mayoría de su tiempo ya que de ahí ha sacado adelante a su familia.
Por su parte, Luis Alfredo Mateo Rolda, presidente de Vigilancia de la Unión, narra que cada cierre o bloqueo les perjudica porque dependen totalmente del basurero, ellos juntan lo que la gente tira y pueden reciclarlo para llevarlo a vender.
No sabemos qué pasará con nosotros, estamos esperando una respuesta de las autoridades, vivimos al día y mientras no hay trabajo, estamos limpiando nuestras bodegas porque no tenemos cómo generar ingresos”, declara Luis Alfredo.
No nos dicen de los acuerdos con la autoridad para resolver este problema, nos hemos acercado a las dependencias pero nos dan cita, y luego suspenden, nos traen en vueltas y nunca nos toman en cuenta. No queremos que nos regalen o den nada, pedimos trabajo, lo que nos han enseñado nuestros padres, aunque la gente se burle de nosotros y dice que el tiradero está así por nuestra culpa, no es así; pero ¿Qué hacemos nosotros? separamos la basura, nos sirve lo que otros tiran y podemos venderlo para llevar sustento a nuestros hogares”.
Señalaron que “un punto que no han tomado en cuenta, es la proliferación de perros en el lugar, más de mil canes comen de la basura y ahora con este problema pueden llegar a morir de hambre y sería un problema porque no habría donde dejarlos”.
Los pepenadores hacen un llamado a las autoridades para que no los dejen a un lado en las negociaciones y no se malinforme a la ciudadanía, porque ellos no cobran un peso a los camiones o camionetas que llegan a tirar sus desechos como se ha ventilado en las reuniones y en redes sociales.
Desde la pluma de entrada se hacen negocios con los que llegan y la autoridad sabe quiénes son, si de verdad quieren arreglar este problema que empiecen con eso, averiguar quién sale beneficiado con el cierre o la apertura del relleno sanitario”, finalizaron.
