Condena Arzobispo asesinatos de mujeres
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Condena Arzobispo asesinatos de mujeres

“Para llegar a la Gloria, hay que cargar la cruz, no la rechace”, afirma


Condena Arzobispo asesinatos de mujeres | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Adrián Gaytán / El arzobispo Pedro Vázquez Villalobos, bendiciendo a los fieles católicos en Catedral

Al encabezar la homilía del segundo domingo de Cuaresma, el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, condenó la ola de violencia que se vive en la entidad oaxaqueña que ha cobrado la vida de mujeres.

De nuevo, con mucho dolor leí que en nuestras ciudades de Oaxaca hay asesinatos. Mataron a la mamá, a la hija y a la nietecita… ¡Dios mío!, ¿cuándo se va a acabar esto? ¿cuándo? El día que nosotros nos llenemos de esa Gracia Divina y nos convenzamos de que somos discípulos de Nuestro Señor y que tenemos que pasar en la vida haciendo el bien, no maldades, ese día este mundo va a ser diferente”.

Por ello, el Arzobispo pidió a las y los feligreses a ofrecer su sufrimiento, “para que esos corazones que se han endurecido y que son capaces de levantar su mano contra el hermano y se manchan con la marca de Caín, tengan un corazón de carne, sean sensibles y respeten la vida del hermano”.

Usted es de un corazón bueno, no lo endurezca, siga con ese corazón bueno, siga con ese corazón de carne y siga mirando hacia el cielo sin perder de vista que usted tiene que llegar a la Gloria y a la Gloria se llega después de ser un gran discípulo de Nuestro Señor dando testimonio del amor a él amando a nuestros hermanos”.

Para vivir la Cuaresma, Vázquez Villalobos dijo a las y los fieles católicos que se dieron cita en la Catedral Metropolitana de Oaxaca, que para llegar a la Gloria, “hay que cargar la cruz, no la rechace, llévela con alegría y ofrezca esto de su cruz por algún motivo y por alguna razón: por el perdón de mis pecados, por la Gracia y la santificación de mi familia, de usted, de sus hijos, de sus compañeros de trabajo. Por la paz, que tanto sentimos que se necesita en el mundo y en nuestra tierra”.

Sea una persona de oración profunda. Ahí es donde usted va a encontrar el consuelo, la fortaleza, la alegría, lo que le hace falta… ahí lo va a encontrar y nunca se olvide que para llegar y participar de la Gloria, hay que padecer la cruz. Nuestro Señor no llegó a la Gloria antes de ser crucificado. Llegó después de ser crucificado, después del sufrimiento, después de ofrecerse en sacrificio llegó a la Gloria”, destacó.