Temor, incertidumbre, la pandemia marca a abuelos
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Temor, incertidumbre, la pandemia marca a abuelos

Dejar de ver a sus nietos, enfermarse y vivir una nueva normalidad, saldo del Covid-19


Temor, incertidumbre, la pandemia marca a abuelos | El Imparcial de Oaxaca
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Pertenecer a uno de los sectores más afectados por la pandemia, debido a la edad y vulnerabilidad, hizo que la convivencia entre Herlinda López García y uno de sus dos nietos dejara de ser tan constante. Las visitas a la casa de los abuelos tuvieron que suspenderse, recuerda la adulta de 61 años, sobre un momento en que tanto ella como su nieto debían permanecer lo más posible en sus casas;  ella principalmente para evitar riesgos y él por atender las labores escolares a distancia.

“Como abuelos es difícil porque por ser gente mayor uno se tiene que quedar en casa, más en el inicio (de la pandemia)”, comenta la oaxaqueña, quien no ha podido disfrutar tanto de “la alegría de la casa”, y por lo tanto siente que la pandemia le ha afectado más. 

Las visitas que hasta antes de marzo de 2020 eran constantes, tuvieron que cambiar por las llamadas telefónicas. “La última vez que nos vino a visitar nuestro nietecito me decía: ‘abuelita, te quiero mucho, cuídate, ponte tu cubrebocas, ponte gel’. Nos cuidan también ellos”, cuenta López desde su miscelánea. 

Aunque ya está vacunada y su familia se ha librado de contagios, sabe que la pandemia sigue marcando los lazos familiares y la vida de todos los integrantes. Dejar de salir a los lugares que tanto recorría es otro de los placeres que ha perdido por la pandemia. “No me gusta estar encerrada, pero con esto prácticamente nos costó nuestra vida, aun así tenemos que seguir adelante”.

Como varios abuelos que carecen de alguna pensión o cuyo ingreso es insuficiente para costear los gastos del hogar, Herlinda se dedica al comercio. Sin embargo, señala que la emergencia vino a dar otro golpe a su vida, pues las ventas no son las mismas. “Voy al día”, apunta.

Por más de un año y medio, las y los abuelos han enfrentado a un “enemigo” sin rostro. Al ser generalmente adultos mayores, es la propia vida la que les ha arrebatado la pandemia y en los casos en que sobrevivieron a ella, las secuelas se mantienen.

Padecer de covid fue para Epigmenio Castillo una experiencia muy difícil. A sus 87 años de edad, los médicos no le daban esperanzas, pero la unión de la familia, considera su hija, lo ayudaron a sobreponerse.  

De visita en la ciudad de Oaxaca y ante la celebración por el Día de los Abuelos, Epigmenio y su hija Catalina Castillo consideran que esta es una fecha muy importante. “La familia se reúne, aunque ahorita estemos a distancia, sabemos que estamos al pendiente de nuestros seres querido”, comenta Catalina, abuela de dos nietos y quien como muchos ha sentido miedo e incertidumbre ante la pandemia.

“Ha sido un año de incertidumbre porque no conocíamos de esto; a lo mejor nosotros decimos: ya estamos grandes, ya vamos de salida, pero las generaciones que vienen, ¿ante qué se enfrentan? ¿Qué esperan? Son las que tienen que luchar”, apunta.

Pero en medio de la adversidad, llama a otras generaciones y la propia valorar a la familia y el lugar en que se vive.  En tanto, Herlinda López llama a seguir los cuidados y que quienes “están renuentes a las vacunas, que se vacunen”.