La falta de mantenimiento integral a las 150 plantas tratadoras de aguas residuales ha ocasionado que se conviertan en “elefantes blancos” y cancela todos los esfuerzos por alcanzar el saneamiento ambiental en nuestra entidad.
Actualmente funcionan adecuadamente 17, otras 21 operan de manera parcial y 112 están totalmente abandonadas, sin que hasta el momento la Comisión Estatal del Agua (CEA), atienda su rehabilitación.
La dependencia a cargo de Héctor Pablo Ramírez Puga argumentó que se debió principalmente a que las autoridades estatales no capacitaron a las municipales sobre su manejo y costos de operación.
Y que los municipios no contaban con la infraestructura indispensable para llevar el agua residual a las plantas, pues no tenían drenajes, ni colectores de aguas residuales.
El panorama es desalentador, porque cada vez más plantas se encuentran inservibles y abandonadas, sin tubería de cobre, cables y otros elementos, la mayoría robados o destruidos.
Un ejemplo de esta situación sucede con la planta tratadora de aguas residuales (PTAR), ubicada en San Juan Bautista La Raya, que atiende a 13 municipios con una población total de 460 mil 712 habitantes.
Inaugurada el 25 de marzo de 2008 durante la administración de Ulises Ruiz fue diseñada para tratar 600 litros de aguas negras por segundo. Tenía que colectar y tratar las aguas residuales generadas por la población de la ciudad de Oaxaca y su zona conurbada.
El proyecto establecía que parte del agua tratada se descargaría en el cauce del río Atoyac para alimentar el manto acuífero y recuperar el entorno ecológico. El proyecto buscaba beneficiar a las poblaciones ubicadas en la parte baja del afluente.
Además, otra parte sería utilizada para el riego de parques y jardines de la ciudad y para apoyar la actividad agrícola en la región, mediante la habilitación de dos unidades de riego en las inmediaciones de San Juan Bautista La Raya, lo cual jamás sucedió.
La CEA se escuda que carece de recursos para la rehabilitación de ésta y otras plantas, con lo cual se continuará la contaminación de los ríos Atoyac y Salado.
Integrantes del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO) lamentaron esta situación pues únicamente ha agudizado los problemas ambientales.
Gerardo Aldeco Pinelo cuestiona estas labores: “El problema es que esas aguas o residuos los quieren trasladar hacia El Tequio, donde está la planta de tratamiento no sirve o no está funcionando como debería”.
Exponen que las descargas de las aguas residuales son efectuadas a cualquier y no hay transparencia por parte de las autoridades como Sapao y Conagua para saber cómo los están regulando, dado que presentan altas concentraciones de contaminantes.
Es común observar pipas con aguas de desecho conectados a las bases de descarga ubicadas sobre el bordo del río Salado atrás de las plazas comerciales, pero nadie vigila y mucho menos hace algo por impedirlo.