Presa Rompepicos, Vaso regulador lleno de corrupción y negligencia
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Presa Rompepicos, Vaso regulador lleno de corrupción y negligencia

Existe riesgo de colapso y una disputa particular de terreno en zona federal


Presa Rompepicos, Vaso regulador lleno de corrupción y negligencia | El Imparcial de Oaxaca

En el año 1972, el desbordamiento del cauce del río San Felipe generó estragos en el jardín Conzatti y los daños se extendieron hasta el centro de la ciudad de Oaxaca. Para mitigar los inconvenientes causados por la corriente y “picos” de un afluente de 16 kilómetros que corre desde los 3,200 metros sobre el nivel del mar y atraviesa de norte a sur a la capital (hasta su encuentro con el río Salado), la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos ordenó, en 1973, la edificación de la presa Rompepicos. 

La obra permanece ya prácticamente sepultada en seis hectáreas de la colonia Loma Linda, en un área que ha sido utilizada como campo de béisbol de una liga deportiva y ahora se mantiene en litigio por su posesión. Hoy, el objetivo de la presa ya no se cumple por la imposibilidad de contener aquellos picos en el cauce del río San Felipe que se registran principalmente durante la temporada de lluvias.

La falta de trabajos constantes de desazolve a la obra derivó en daños e inundaciones en años como 1989, 1993 y al menos 11 ocasiones más en los ciclos posteriores, incluidos 2010 y 2013, en los que se registraron dos muertes ligadas al desbordamiento del  caudal, como señalan los integrantes de la asociación civil Comité de la Zona Conurbada del Río San Felipe. 

Abrupto cauce

De los 3,200 metros sobre el nivel del mar, el cauce del río baja a 1,600 en tan solo 12 kilómetros, explica Antonio González Roser en el proyecto para el rescate del río San Felipe, impulsado por el comité y las asociaciones Vive la Calzada y Cuenca del Río San Felipe.

A casi 50 años, la presa Rompepicos mantiene aguas revueltas y varios “picos”, a pesar de que en los inicios de la actual temporada de lluvias solo es posible observar un espejo de agua de pocos metros de cuadrados de superficie. La corrupción y la negligencia ocupan el área a manera de predios presuntamente propiedad de particulares, disputados desde 2015, pero ubicados en una zona federal expropiada en los años 70. En torno a la presa se construye una nueva obra desde hace algunas semanas.

La maleza, el lodo, los escombros y las viviendas que se quedaron en el área federal forman parte de ese paisaje de corrupción. Pero también de la omisión gubernamental ante el riesgo por el colapso de la presa, pues en cuestión de horas la corriente del río puede alcanzar los 22 mil litros por segundo, según refiere González Roser. No son necesarias lluvias de días sino minutos u horas, dice Yael Martínez, vecino de la presa Rompepicos.

“Nos vamos a ahogar”

El abandono gubernamental de la presa es una de las mayores preocupaciones de vecinos, desde la colonia Loma Linda hasta el barrio Xochimilco, donde ha causado estragos el desbordamiento del afluente y las aguas negras que son arrojadas a su cauce, con o sin permiso de la autoridad. 

Para los habitantes de colonias circunvecinas esto ha implicado una constante omisión gubernamental y frenos por la burocracia y litigios. Además porque, en 1997 la Conagua concesionó por 20 años parte del cauce del río San Felipe a la liga de béisbol Monte Albán. Esto, refieren, complicó más el funcionamiento de la presa.

Y aunque desde 1993 se conformó un comité ciudadano para pedir a las autoridades desazolvar la presa, no fue hasta el 2012 cuando lograron una reunión con la Secretaría General de Gobierno, en la que pidieron reabrir la presa, aún ocupada por la liga de beisbol.

Pero el peregrinar ha sido incesante para los vecinos. “No hay respuesta de las autoridades y la única vez que intentaron, hace dos años, llevar a cabo un desazolve completo y limpiar el río contando ya el recurso de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), no lo autorizó el juez”, señala Porfirio Alfonso Jiménez Orozco, presidente del Comité de la Zona Conurbada del Río San Felipe.

El representante subraya la preocupación de sus compañeros y vecinos de colonias como Loma Linda, Lomas del Crestón, Residencial San Felipe del Agua, La Cascada y Rincón del Acueducto ante cada temporada de lluvias. La falta de desazolve incrementa los riesgos para un sinfín de familias, especialmente las de “río abajo”. 

“Este cauce es necesario para que se regulen las aguas que bajan de las montañas y no se lleve a las colonias situadas río abajo”, dice Luz Elena Moctezuma, integrante de la asociación civil Rescate de la Cuenca del Río San Felipe. Junto a Beatriz Esesarte, de Rescate de la Cuenca y la asociación civil Vive la Calzada, llama a no ver en el río solo un riesgo, sino la fuente para saciar la sed de una ciudad que padece por la falta de agua potable para el abasto de la población.

Para Elsa Vargas, vicepresidenta del comité de la zona conurbada, es urgente un desazolve del cauce desde la colonia Loma Linda hasta los arcos del barrio Xochimilco. “Si se registra un abrupto descenso de agua nos vamos a ahogar, nos vamos a inundar”, advierte, al tiempo de demandar que se respete la ley y Conagua actúe, en tanto es responsable de los cauces de los ríos de la nación, incluido el río San Felipe.

A la par de ello, colonos piden que se retire un bordo que impide el flujo del agua hacia la presa, una que la médico Elsa Vargas compara con una “válvula” del cuerpo humano, y que si es obstruida “te mueres”.

Beatriz Esesarte explica que la presa Rompepicos es parte de la cuenca del río San Felipe, por lo que la atención a los problemas es parte fundamental para emprender el rescate del afluente. “Es parte fundamental para que, por un lado detengan las aguas y no se les inunde allá (las colonias río abajo), pero también para cuidar el río”.

La disputa por un área federal

“Prohibido ocupar y construir”, reza un cartel sobre de la Conagua sobre la calle Venecia, en el que se especifica que la presa Rompepicos San Felipe es para controlar “las avenidas” del río homónimo. El grafiti y la desaparición paulatina de la leyenda dan cuenta de la omisión al impedimento. A unos metros de la presa, una malla metálica y una protección plástica de color rojo ocultan la nueva construcción en un predio cuyo propietario los vecinos ligan al presidente municipal, Oswaldo García Jarquín. 

Algo similar ocurre en el área que ocupa la presa, donde tres presuntos propietarios mantienen el litigio por un espacio donde antes operó la liga de béisbol Monte Albán. La disputa por el área federal empezó en 2015, cuando apareció un presunto propietario y, con un amparo (287/2015), propició el freno de las obras de desazolve y el del proyecto integral de rescate del río San Felipe, presentado en 2013.

En mayo de 2017, el Tribunal Colegiado Civil revocó un amparo de Espinoza Adame, al considerar que no acreditó la propiedad de la presa. Sin embargo, no fue el fin del conflicto por la posesión. 

El organismo Cuenca Pacífico Sur de la Conagua en Oaxaca reconoce que se mantiene la disputa. Aunque ante el cuestionamiento sobre los detalles y estado del proceso son omitidos, bajo el argumento de la veda electoral.

Pero que se siga construyendo en torno a la presa o incluso haya personas cuidando los terrenos en disputa representan “una agresión brutal y abierta”, considera el presidente del Comité de la Zona Conurbada del Río San Felipe. Jiménez Ruiz dice que es un “desacato a las autoridades, porque se supone que están en litigio los terrenos y, a pesar de ello, ya pusieron un cerco de extremo a extremo y están todos los días depositando escombro y basura por este lado”.

En 2016, la entonces diputada, Leslie Jiménez Valencia, denunció públicamente la apropiación de la zona federal que ocupa la presa por parte de un particular. Asimismo, exigió al Poder Judicial de la Federación aplicar la justicia e impedir tal apropiación. La legisladora local explicó que el presunto dueño, Julio César Espinoza Adame, adquirió un predio de 13 mil metros cuadrados en un área federal por tan solo 15 mil pesos.

Pero aquí no hay más dueño que el gobierno federal, reconocen vecinos, entre ellos Noé Robles Méndez, de la colonia Lomas del Crestón. Él recuerda cómo en los años 70 la presa y el entubamiento del río Jalatlaco mitigaron los riesgos por la corriente del río San Felipe y en ese tiempo también se dieron terrenos en otros sitios a quienes resultaron afectados por la expropiación. 

Sin embargo, lamenta que a la fecha haya varias invasiones en el área federal. “Cuando se retiraron los del campo de beisbol, luego aparecieron dueños”, apunta y lamenta que ahora sean “los mismos políticos” quienes “están robándose este espacio”. En 2017, explica, los vecinos lucharon y lograron que Conagua les presentara los documentos que confirman la propiedad federal. 

El aplazamiento del desazolve

El Comité de la Zona Conurbada acusa que aunque se han reunido con la Conagua, la respuesta a su petición de desazolve es sí, aunque sin precisar cuándo. “Muy esporádicamente se han limpiado el río y la presa; cuando se ha limpiado, empiezan otra vez los pseudo dueños a depositar escombro. Pero ahorita es pura basura, ya hicieron un basurero de lo que es una joya para nosotros: la presa”, señala mientras considera que hay contubernio entre autoridades de Conagua y los presuntos propietarios por la omisión del organismo ante estos actos