Ambulantaje pega al Mercado de Artesanías
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Ambulantaje pega al Mercado de Artesanías

Pandemia vino a profundizar la crisis para los locatarios


Ambulantaje pega al Mercado de Artesanías | El Imparcial de Oaxaca

Por su ubicación, el regateo y el comercio en la vía pública, las y los artesanos y vendedores del Mercado de Artesanías José Perfecto García ya sufrían por la falta de ventas. Pero en los últimos 14 meses, la pandemia de Covid-19 acentúo la crisis en el sitio fundado el 1 de febrero de 1980. Primero porque sus 118 casetas y galera tuvieron que cerrar al público tres meses, después por los horarios reducidos de cierre y porque la actividad turística se vio afectada.

Antes de la pandemia, las ventas eran bajas, explica Leticia Domínguez, presidenta del comité que gestiona el mercado. “La invasión de calles por ambulantes es de las cosas que más nos pegan”, debido al “crecimiento desmedido de este sector” y porque es una “competencia desleal”, apunta.

Para Domínguez, el impacto del comercio en vía pública puede rebasar a la pandemia, en tanto esta “es temporal”. Y es que explica que en los puestos del llamado comercio informal la mayor parte de los productos no son oaxaqueños ni artesanales. “Son productos que vienen de Puebla, de Guerrero, Chiapas e incluso de China u otros países: Guatemala o India” y que tienden a ser más baratos y desechables.

Ante ello, señala que no se puede competir, ya que la mayoría de las artesanías oaxaqueñas es elaborada totalmente a mano y por ello el precio es más alto respecto a algo manufacturado. A más de un año con la emergencia sanitaria, la representante expone que ella y sus compañeros llegaron casi al punto de no vender nada.

En abril, mayo y junio, el mercado cerró por tratarse de un espacio de venta de productos no esenciales. Aunque cuando reabrió, la afluencia bajó drásticamente, por ello debieron esperar al menos cuatro meses para recuperarse “medianamente”, para que compañeros de otras poblaciones y adultos mayores regresaran y para habituarse a la nueva normalidad.

Poco a poco, la recuperación avanza, pero cuesta, dice Leticia. Ella estima que lo máximo que se ha logrado es un 60 por ciento de las ventas tenidas antes de la pandemia, gracias a la compra local o por parte de turistas nacionales, principalmente de Ciudad de México.

“Son buenos clientes porque no regatean tanto como los de otros estados y países”, considera. Sin embargo, reconoce que esta práctica persiste y será difícil de erradicar. “A veces los mismos comerciantes, por la necesidad que tenemos, daños pie a esta práctica. El cliente todavía no dice si le damos un descuento y le decimos que le vamos a bajar a la mercancía. Pero es por la misma necesidad de vender y la competencia que hay”.