Pandemia nubla festejo de paradita de Niño Dios
A pesar de la pandemia, cientos de feligreses acudieron a los templos para la bendición
La pandemia nubló el festejo de la paradita del Niño Dios para cientos de familias católicas que estaban acostumbrados a las celebraciones litúrgicas, las bendiciones y la fiesta que acompaña la fecha.
No fue lo mismo para Esteban. Un católico fehaciente quien asegura que Dios le ha ayudado a su familia a salir de tantas penas y pesadumbre.
Y en particular, su fe en el Niño Dios le ayuda a salir de sus problemas; por eso, ayer, ataviada en una ropa blanca de bautismo, llevó a la imagen religiosa hasta la Catedral Metropolitana.
Ahí esperaba la llegada del arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos para la entrega del agua bendita.
No obstante, la Arquidiócesis determinó evitar las misas por las aglomeraciones que se llegan a dar en los templos católicos.
Ayer en medio de la pandemia, cientos de fieles católicos llevaron sus imágenes religiosas del Niño Dios a los templos, aunque en muchos de ellos solamente se realizaron las bendiciones.
En la Catedral, las misas se suspendieron para la población católica, dejando tristeza en algunas personas.
“Lamentablemente por la pandemia, los templos están en esta situación para proteger a los feligreses, aunque la bendición es importante para esta fecha”, expresó un feligrés.
En el templo de San Francisco de Asís en el centro de la ciudad de Oaxaca, se ofreció la bendición y la celebración de los sacerdotes.
Aunque con las medidas sanitarias por Covid-19, los franciscanos que tienen el templo, recibieron a los creyentes.
Ahí, pocas personas llegaron y con sana distancia recibieron el agua bendita, donde el tiempo de la bendición fue muy reducido.
Por su lado, en los templos católicos no se observó la repartición de tamales, como en años anteriores, pues es parte de los festejos que acompaña a la fecha tradicional de la paradita.
Solamente, algunas personas vendedoras de tamales estuvieron con su producto en las calles, como una señora que estaba en la calle de Guerrero.
La persona llevó casi mil piezas, entre entregas y la venta diaria.
“Nos fue muy bien, tuvimos muchos pedidos y nos llegaron a comprar como todos los años, la gente buscó sus tamales para el festejo”, añadió.
