“El cielo se gana en la práctica de las obras de misericordia, con tantas cosas en favor de nuestros hermanos, sea el que sea, viva donde viva, haga lo que haga porque en cada uno de mis hermanos está la presencia de Nuestro Señor”, aseguró el arzobispo de Antequera Oaxaca, monseñor Pedro Vásquez Villalobos.
En su misa dominical, el arzobispo de Antequera resaltó que se gana con pequeñas cosas en favor de cada uno de nuestros hermanos. “No hagas selección, a estos sí y a estos no. A éstos los voy a atender muy bien, les voy a compartir y a estos otros ni voy a voltear a verlos. No hagas eso”.
“Señor, yo te ayude aquí, pero me despreciaste acá, no quisiste ni verme, no me tomasen en cuenta para nada, pase desapercibido. No te molestaste por dirigir una mirada, te olvidaste totalmente de mí”, agregó.
Con lo que sea que apoyemos a nuestro prójimo, que puede ser la persona que está sentada al lado nuestro, nuestro vecino, o nuestro familiar, no nos quedaremos pobres.
En la Catedral Metropolitana y ante fieles congregados, recordó que estuvo en la comunidad de San Juan Ozolotepec, donde realizó el sacramento de la Confirmación.
Ahí las personas se ayudan unas a otras después de haber sido afectadas por el sismo del pasado 23 de junio, levantan las casitas, ponen las láminas, se prestan y así andan para seguir adelante, pero ellos se están ganando el cielo con estas acciones.
También muchos hermanos se ganaron el cielo con las despensas que hicieron llegar allá, con las cobijas, con todas las cosas que donaron aquí en la ciudad y en otros pueblos
“Si nosotros hacemos cuentas con el dinerito que vamos a emplear para un necesitado, haz la cuenta para ganarte el cielo, lo otro no lo cuentes”.
“¡Qué generoso es nuestro pueblo!, ¡qué desprendido es nuestro pueblo!… pero, a lo mejor los que vivimos en la ciudad ya nos contagiamos de otras cosas”.
Allá es otro mundo, es otra realidad y una hermosa realidad, solidarios, son los que sufrieron a causa del temblor este último que muchos perdieron sus casitas y me dio mucha tristeza escuchar que solamente Cáritas Mexicana, a través de Cáritas Arquidiocesana les hizo llegar algo, nadie más se preocupó por ellos. Los olvidaron. Los olvidaron, precisó.