Covid-19 acaba con ahorros familiares
La pérdida de empleos debido al confinamiento por el Covid-19 provoca una mayor inestabilidad en las economías familiares, lo que ocasiona que más personas busquen otras soluciones para generar dinero.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), reportaron que la forma en la que gastan los mexicanos repercute sus finanzas.
La mayoría no realiza un presupuesto que les ayude a manejar sus recursos de una manera correcta lo que complica que lleguen a final “de quincena” y se queden rezagados.
Segismundo Ramírez Hernández, titular de la Unidad de Atención a Usuarios, admitió que las actuales condiciones merman sensiblemente el ahorro de las familias, por lo que deben de buscar alternativas para tratar de ahorrar.
En el marco del Día Mundial del Ahorro, este 31 de octubre, dijo que se recomienda siempre apartar una parte de los recursos en forma de ahorro y que éste se etiquete para diversos fines.
Es razonable tener un fondo de emergencias que esté en efectivo o en instrumentos de inversión de liquidez inmediata, aunque no paguen un gran rendimiento.
También mantener un ahorro de corto plazo mediante apartados y guardaditos que permita alcanzar alguna meta cercana.
Sin embargo, es fundamental considerar en nuestros planes de ahorro una inversión de mediano plazo que puede ser utilizada para fines como la compra de bienes inmuebles, gasto educativo o hasta un negocio.
La Condusef como la Amafore reportaron cifras sobre el ahorro, entre ellas, 33.9% de las mujeres del país ahorran de manera informal: tandas o de bajo del colchón; contra 30.9% de los hombres.
16% de ellos ahorra a través de sistemas formales: cuentas bancarias o cajas de ahorro constituidas legalmente; mientras que 14.3% de ellas asegura que recurre a tales instrumentos.
62% de los adultos piensa que “Dios proveerá” el dinero que necesiten cuando termine su vida laboral o llegue a la vejez.
49% indica que “confía” en que sus hijos contribuyan y vean por ellos, cuando tengan más de 56 años o ya no puedan trabajar.
