En plena crisis de la pandemia de Covid-19, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) detalló que en Oaxaca solamente el 15.5 por ciento de la población, aproximadamente 600 mil personas de los más de cuatro millones que habitan la entidad cuentan con suministro diario de agua corriente en el interior de su vivienda.
El informe fue presentado ayer en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Agua. Es de recordar que la Secretaría de Salud recomienda lavarse las manos con agua corriente por 20 segundos, para prevenir el coronavirus.
En 2010, las entidades federativas que presentaron un menor porcentaje de población con suministro diario de agua dentro de la vivienda fueron Guerrero (7.1 por ciento), Oaxaca (12.8 por ciento) y Chiapas (16.9 por ciento). Para 2018, estas entidades permanecieron con los menores porcentajes, 5.7 por ciento, 15.5 por ciento y 12.5 por ciento, respectivamente. En Guerrero y Chiapas, el porcentaje disminuyó en este periodo.
“Los servicios básicos en la vivienda son un componente fundamental del entorno en el que las personas interactúan. Servicios como el agua y la luz eléctrica tienen un fuerte impacto en las condiciones sanitarias y en las actividades que los integrantes del hogar pueden desarrollar dentro y fuera de ella”, detalla el informe.
De acuerdo con datos del Sistema de Información de Derechos Sociales del Coneval, en 2010 el 52.5 por ciento de la población en México tenía suministro diario de agua dentro de su vivienda y para el 2018 la cifra pasó a 53.6 por ciento.
“La disponibilidad diaria de agua entubada dentro de la vivienda es necesaria para actividades esenciales como cocinar, beber y llevar a cabo el aseo personal y doméstico. Conocer la proporción de personas que cuentan con suministro diario en la vivienda permite mejorar los mecanismos de distribución de este servicio básico”, desglosa el Coneval.
En relación con los grupos de población en condición de desigualdad, en 2018, 75.3 por ciento de mujeres indígenas que habitan en zonas rurales residían en viviendas sin acceso a agua entubada o en las que se cocina con leña o carbón sin chimenea. En contraste, sólo 6.5 por ciento de las mujeres no indígenas que residen en zonas urbanas habitaban viviendas de las mismas características en ese mismo año.