Tras vencer el cáncer, Gilda encuentra en el paraciclismo otra oportunidad
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Tras vencer el cáncer, Gilda encuentra en el paraciclismo otra oportunidad

Cuando aún era una niña el cáncer le arrebató a Gilda una de sus piernas, pese a las adversidades, la vida le dio una segunda oportunidad, convirtiéndola en una promesa del paraciclismo


Tras vencer el cáncer, Gilda encuentra en el paraciclismo otra oportunidad | El Imparcial de Oaxaca

Con solo 18 años de edad, Gilda Andrea Hernández Ramírez ha puesto en alto el nombre de Oaxaca no solo por sus logros en competencias de paraciclismo, sino por la tenacidad y fortaleza con las que se conduce.

Apenas el año pasado ganó medalla de oro en la Paralimpiada Nacional y se prepara para participar en competencias internacionales.

La joven originaria de Oaxaca de Juárez cuenta que a los 10 años de edad los médicos detectaron un tumor en su pierna izquierda, que después de varios análisis resultó ser cáncer de hueso.

“Una tía mía fue la que se dio cuenta de una bolita que estaba en mi pierna y al principio los médicos me dieron medicamento para tratarlo, pensando que era por el piquete de una araña u otro animal”, explica.
Con el paso de los días, la “bolita” en la pierna fue creciendo y después de acudir nuevamente con los médicos, las radiografías mostraron que se trataba de cáncer de hueso.

A esa edad, Gilda fue internada en el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, donde le dijeron que la pierna tendría que ser amputada, a lo cual se opusieron sus padres y buscaron la opinión de otros cinco especialistas.

Pero fue un conocido quien le recomendó a un médico traumatólogo, que le dio una esperanza de salvar la pierna con tratamientos de quimioterapia y una operación para colocar una prótesis.

A partir de esa fecha, Gilda debía estar al tanto durante cinco años para notar si volvía a aparecer el tumor. “Días antes de que se cumpliera el tiempo establecido, me di cuenta que ya tenía otra bolita donde había estaba la cicatriz”, comenta la joven.

La deportista recuerda que en la segunda ocasión en el Hospital Civil, no recibió el tratamiento adecuado. “Como era diciembre, el doctor había salido de vacaciones y me vieron los residentes; ellos me dijeron que había que hacer otros estudios y después que ya no podían atenderme porque el cáncer ya había invadido mi cuerpo y estaba en mis últimos días”, expresa.

Ante esta situación, los padres de Gilda se molestaron porque su hija no recibió la biopsia que necesitaba en ese momento y la mantuvieron mucho tiempo en ayunas, con la promesa de que entraría a quirófano, lo cual nunca sucedió.

“Mis papás me sacaron de ahí y buscaron otro lugar para que me atendieran. Llegamos al Hospital de la Niñez y la doctora que me atendió me dijo que haría lo posible para salvarme. Yo entré a procedimientos y a la biopsia y me informaron que era el mismo cáncer que la primera vez”.

En el nosocomio, Gilda tuvo dos opciones: amputación de la pierna o mantenerla con pocas probabilidades de vida.

“Yo no quería amputarme la pierna; para mí fue muy doloroso porque no quería volver a pasar lo mismo y tendría que volver al hospital”, cuenta la joven, segunda hija de los cinco que tuvieron sus padres.

La decisión de amputar la pierna fue de Gilda, quien en 2016 volvió a los tratamientos de quimioterapia y a la fecha se mantiene en vigilancia para evitar que el tumor vuelva a surgir.

Inicia en el deporte
Después de concluir la secundaria, hace dos años, se encontró a una persona que la invitó al deporte, donde empezó con basquetbol en silla de ruedas y después con atletismo de pista.

La joven recuerda que participó en medio maratón y logró un tercer lugar, que la motivó para continuar en el deporte y experimentar más categorías.

Después de varios meses de entrenamiento en el parque El Tequio, la joven conoció a un ciclista con la pierna amputada, que la invitó a practicar y descubrir otro deporte.

“Me animé a subirme a la bici y empecé a entrenar. Hace un año decidí entrar a una convocatoria de la paralimpiada nacional en Colima donde asistí y debuté con oro, seis meses después de haber entrenado en bicicleta. Nunca pensé que después de una enfermedad iba a sobresalir y triunfar, sin imaginarme que sin un miembro de mi cuerpo, iba a tener un cambio de 360 grados que jamás imaginé”, señala.

En este año, Gilda se prepara para una serie de competencias no solo para lograr primeros lugares, sino para buscar el pase a otros países y lograr participar en la Paralimpiada Olímpica en Tokio 2020 y París 2024.

En busca de patrocinadores
Ante la falta de apoyos del Gobierno Estado, Gilda está en la búsqueda de patrocinadores para lograr representar a Oaxaca y México a nivel mundial.

Y aunque a veces cuenta con la ayuda de instituciones de deporte, ella señala que éstas le aseguran que no cuentan con los recursos suficientes para apoyarla.

Gilda cuenta con un patrocinador desde que inició en el deporte, pero se mantiene en la búsqueda constante de otros porque no cree justo que todo el peso caiga en una sola persona, que de manera desinteresada la ha apoyado, sin saber que le daría buenos resultados.