El pasado martes, el diputado federal de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Sergio Mayer, generó controversia al reconocer que en 2021 contrató al abogado Sergio Arturo Ramírez Muñoz como su enlace técnico. Lo que parecía un simple reconocimiento de colaboración profesional, se tornó en un tema delicado cuando Mayer confesó que desconocía que Ramírez Muñoz tenía vínculos con el mundo del narcotráfico. Específicamente como socio del abogado de Ismael “El Mayo” Zambada. Uno de los capos más poderosos del crimen organizado en México.
UN CONTACTO PROFESIONAL QUE SE CONVIERTE EN POLÉMICA
Durante una entrevista con medios de comunicación, Mayer explicó que conoció a Ramírez Muñoz durante las campañas electorales de 2018. Donde destacó como un abogado comprometido con la promoción de la “cultura de paz”. Fue esa relación profesional la que le llevó a contratarlo tres años después. En el periodo previo al cierre de la LXIV Legislatura, como su asesor en temas técnicos.
“Lo conocí en las campañas de 2018 y la verdad, me pareció un muy buen abogado. Traía el tema de la cultura de paz, y por eso lo propuse como asesor en los últimos tres meses de mi legislatura”, comentó Mayer.
Sin embargo, al ser cuestionado sobre el hecho de que Ramírez Muñoz es conocido por su cercanía con el narcotráfico, el diputado insistió en que no tenía información sobre esa faceta del abogado. De acuerdo con Mayer, su relación fue exclusivamente profesional y basada en la confianza que generó su trabajo anterior.
“No tengo por qué desconocer nada. Él fue asesor mío en 2021 y no había indicios de que estuviera relacionado con actividades ilícitas”, sostuvo Mayer.
UN NOMBRAMIENTO POLÉMICO
La controversia aumentó cuando Mayer explicó que, en 2021, durante su intento fallido por la reelección, Ramírez Muñoz fue propuesto como su suplente. El diputado destacó que su decisión no fue producto de una alianza personal, sino una recomendación del propio partido debido al trabajo cercano que había realizado Ramírez en el ámbito legal.
“Me hablaron del partido y me dijeron que debía registrar a un suplente. Él había hecho un trabajo extraordinario como abogado, y lo tenía cerca, por eso lo propuse”, explicó Mayer, aunque no evitó que los cuestionamientos aumentaran.
LA DEFENSA DE LOS ABOGADOS Y LA RELACIÓN CON EL NARCOTRÁFICO
El punto más polémico de la entrevista llegó cuando Mayer fue cuestionado sobre las actividades de defensa de narcotraficantes que ha reconocido Ramírez Muñoz. A pesar de las vinculaciones del abogado con importantes figuras del crimen organizado, el diputado minimizó la situación. Por ello, argumentó que, como abogado, su labor consiste en defender a todas las personas, independientemente de sus antecedentes.
“Son abogados, los abogados se dedican a eso. Hay abogados que defienden violadores, hay abogados que defienden estafadores, hay abogados que defienden asesinos, y hay abogados que defienden narcotraficantes”, manifestó Mayer.
Esta declaración no tardó en generar reacciones en distintos sectores, tanto políticos como sociales, que consideraron inapropiada la normalización de la defensa de figuras del crimen organizado. No obstante, el diputado de Morena insistió en que no hubo ninguna ilegalidad ni inmoralidad en su relación profesional con Ramírez Muñoz. Además, reiteró que el trabajo realizado por su asesor en los últimos tres meses de la legislatura fue completamente legal.
¿UN “NARCOABOGADO” EN LA POLÍTICA MEXICANA?
Este caso pone nuevamente en el centro del debate el papel de los abogados que defienden a personas vinculadas al crimen organizado. Especialmente en un país como México. Donde las estructuras del narcotráfico han permeado en diversas esferas de la sociedad, incluida la política. La figura de Sergio Arturo Ramírez Muñoz, un abogado que ha reconocido abiertamente su labor defendiendo narcotraficantes, plantea una interrogante sobre hasta qué punto la defensa legal puede o no estar separada de la moralidad y la ética profesional.
Por su parte, la postura de Mayer ha sido clara: no existe ninguna relación fuera de lo profesional con Ramírez. Y en su opinión, su trabajo como legislador no se ve comprometido por las actividades del abogado. Sin embargo, la controversia no parece estar cerca de finalizar. Ya que, las dudas sobre las conexiones de ciertos actores políticos con el mundo del narcotráfico siguen siendo una preocupación para la sociedad mexicana.
En conclusión, el reconocimiento de Mayer sobre su relación con el abogado acusado de defender a narcotraficantes pone sobre la mesa temas de ética, política y justicia. Con ello, invitando a una reflexión profunda sobre las alianzas y contactos en el ámbito político.