El titular del Programa de Investigación en Cambio Climático de la UNAM, Francisco Estrada Porrúa, alertó que desde 2023 la temperatura global se ha elevado por arriba de 1.5 grados Celsius; sin embargo, luego de los fenómenos de El Niño y La Niña se esperaba que se enfriara el ambiente, pero no ha sucedido.
Para el caso específico de México, lo que se ve es que del periodo preindustrial al 2024 la temperatura ha subido en 1.8 grados; es decir, nos hemos calentado más que el promedio del planeta y la tasa de calentamiento es más grande. O sea que mientras el mundo lo hace aproximadamente 2 grados por siglo, en nuestro país es de 3.2 grados por siglo.
De acuerdo con el economista, llevamos año y medio por encima de dicha cifra; si recordamos, los acuerdos de París indican que no se debe rebasar esa temperatura, lo que quiere decir que en un promedio de cinco años estaremos en el umbral propuesto, algo que se pensaba ocurriría más tarde, explicó al ofrecer la conferencia “Tendencias actuales del cambio climático en México”, el investigador del Instituto de Ciencias Ambientales y Cambio Climático detalló:
Dijo que El constante incremento de la temperatura en los últimos 18 meses ha llevado a los investigadores a considerar hay una aceleración en el calentamiento global o si se ha subestimado la capacidad de equilibrio en la temperatura del planeta, alertó.
Estrada Porrúa rememoró que en 2006 él y su equipo de investigación calcularon qué pasaría con la producción de café en Veracruz en 2020 debido a modificaciones del clima, estimando que se perdería 24 por ciento. Ahora se observa que asciende a alrededor de 48 por ciento, lo que indica lo grave que son las consecuencias de este problema.
Visión de progreso
Ante investigadoras, investigadores y estudiantes, Naxhelli Ruiz Rivera, titular del Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales del Instituto de Geografía (IGg), aseveró que las amenazas sociales climáticas requieren ser vinculadas a derechos sociales y su reducción está en atender las estructuras de oportunidades y no solo evaluar los activos dañados.
Al abordar el tema “Riesgos sociales asociados a desastres climáticos en México”, la investigadora del IGg acotó que en México hay 22.5 millones de personas que son las cuidadoras de alguien más; 38 millones reciben atenciones, de ellas 80 por ciento son niñas, niños y adolescentes, 10 por ciento adultos mayores e igual porcentaje personas que viven con discapacidad.
Además, 35.3 millones de viviendas particulares habitadas tienen carencias graves de calidad, una cuarta parte tiene más de 30 años de antigüedad; de estas, 44 por ciento presenta problemas de humedad o filtraciones en cimientos, y en todos los estados costeros del país existen estos problemas.
Dijo que, en el caso del huracán Otis afectó a 296 mil niños, niñas, y adolescentes, quienes sufrieron por explotación sexual, deserción escolar, contagio de enfermedades, falta de atención médica o mala nutrición; esta es la cara del riesgo social.