La polémica estalló la noche del domingo cuando la actriz Laura Zapata, conocida por sus papeles de villana en telenovelas, llamó “indita” a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante una crítica en uno de sus programas grabados. La expresión, ampliamente considerada como clasista y discriminatoria, provocó una oleada de rechazo, especialmente desde Oaxaca, estado con una fuerte presencia indígena y con larga historia de lucha contra el racismo estructural.
La declaración surgió en el contexto de una crítica hacia la mandataria por viajar en vuelos comerciales en lugar de utilizar aeronaves oficiales. Además del término ofensivo, Zapata calificó a Sheinbaum como una persona “sin clase, sin categoría y sin presencia”, desatando indignación en redes sociales y entre organismos defensores de derechos humanos.
LA DEFENSORÍA DE OAXACA RESPONDE: “NO TODO ES LIBERTAD DE EXPRESIÓN”
Desde Oaxaca, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo (DDHPO) reaccionó de inmediato, emitiendo un comunicado en el que condenó enérgicamente los dichos de Zapata. El organismo enfatizó que estas expresiones refuerzan estereotipos históricos, alimentan la violencia simbólica y perpetúan la exclusión de los pueblos indígenas.
“Toda forma de discriminación, directa o indirecta, basada en el origen étnico o color de piel, no solo es moralmente inadmisible, sino jurídicamente sancionable”, puntualizó la DDHPO.
El organismo también anunció que presentará una queja formal ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), solicitando que se revise la conducta de la actriz con base en la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.
¿JUSTIFICACIÓN O AGRAVIO?
En un intento por minimizar la polémica, la actriz declaró que su crítica no fue racista, sino una “alegoría política”, y argumentó que “viajar en vuelo comercial no te hace humilde, pusiste en riesgo a los pasajeros”.
No obstante, su defensa no fue suficiente para frenar la indignación pública, ni para desligarse del impacto simbólico de sus palabras.
LAS POSIBLES CONSECUENCIAS LEGALES Y SOCIALES
Aunque el Conapred no puede imponer sanciones penales, sí tiene la capacidad de emitir sanciones administrativas, que van desde multas hasta la obligación de emitir una disculpa pública. En el plano legal, cualquier persona que se considere afectada podría presentar una demanda civil por daño moral.
Asimismo, el daño reputacional ya es evidente: en redes sociales, la reacción contra Zapata ha sido contundente, y no se descarta que esta situación tenga consecuencias en su carrera artística ante posibles cancelaciones de proyectos.
OAXACA, EPICENTRO DE LA DEFENSA CONTRA EL RACISMO
La reacción oaxaqueña no es casual. En un estado donde más del 60% de la población se reconoce como indígena, expresiones como las de Zapata no solo son ofensivas, sino profundamente hirientes y peligrosas.
Finalmente, activistas y organizaciones en la entidad han llamado a reforzar los mecanismos legales y sociales para combatir la discriminación y promover una narrativa más incluyente.