En los últimos seis años, el sistema penitenciario mexicano ha experimentado un incremento del 20% en su población, pasando de 199,030 reclusos en febrero de 2019 a 240,212 en el mismo mes de 2025.
Disminución de Centros Penitenciarios y Aumento de la Población
Paralelamente, el número de cárceles en el país se redujo de 309 a 275 durante el mismo periodo. Esta combinación ha llevado a una sobrepoblación de aproximadamente 15,000 personas en los centros carcelarios.
Hacinamiento y Condiciones de las Cárceles
La sobrepoblación ha resultado en hacinamiento en diversas prisiones, afectando principalmente a los centros estatales. Por ejemplo, el Centro Penitenciario y de Reinserción Social Chalco, en el Estado de México, tiene una capacidad de 557 internos pero alberga a 3,626 personas, es decir, más de seis veces su capacidad.
Factores Contribuyentes al Aumento
El uso de la prisión preventiva oficiosa ha sido identificado como un factor que contribuye al crecimiento de la población carcelaria. Entre 2020 y 2022, la población en prisión aumentó un 5.4%, mientras que la Ley de Amnistía benefició a solo 167 personas.
Reformas Legislativas y su Impacto
En noviembre de 2024, el Senado aprobó ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, incluyendo extorsión y delitos relacionados con fentanilo. Esta reforma ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones que advierten sobre su posible impacto en el incremento de la población carcelaria y las condiciones dentro de las prisiones.
Conclusión
El aumento del 20% en la población carcelaria de México en los últimos seis años, junto con la reducción de espacios penitenciarios y el uso de medidas como la prisión preventiva oficiosa, ha generado condiciones de hacinamiento y sobrepoblación en las cárceles del país. Abordar este problema requiere una revisión integral del sistema de justicia penal y políticas públicas que equilibren la seguridad con el respeto a los derechos humanos.