En uno de los municipios más remotos y empobrecidos de Oaxaca, Santa María Peñoles, la comida chatarra ha logrado abrirse paso en las tiendas y mercados locales. Este municipio, ubicado en el Distrito de Etla, en la región de Valles Centrales y considerado uno de los más pobres del país, se enfrenta a una creciente presencia de productos ultra procesados como refrescos, galletas, frituras y otros alimentos con altos niveles de azúcar y grasa, productos que son difíciles de encontrar pero que parecen estar al alcance de todos.
AMENAZA CHATARRA
A pesar de la escasez de alimentos frescos y saludables, los comercios locales ofrecen un sinfín de productos dañinos para la salud, en especial refrescos y golosinas, que han sustituido a las frutas y verduras en las loncheras de muchos niños. Para una entrevista para El Sol de México, según Don Hilario Rojas Hernández, suplente del presidente municipal, estos productos son cada vez más comunes, aunque lamentablemente no todos pueden permitirse comprarlos debido a su elevado costo.
“En cualquier tienda puede usted encontrar ese tipo de comida, pero la gente no siempre tiene dinero para comprarlos”, comenta.
PUEBLO POBRE Y DESNUTRIDO
Santa María Peñoles, un lugar de difícil acceso debido a su geografía montañosa, se encuentra entre los municipios con mayores índices de pobreza y desnutrición infantil en Oaxaca. Según el extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es uno de los 58 municipios de extrema pobreza en el país, y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” ha señalado a este lugar como una de las zonas con mayor desnutrición infantil. Datos de la organización Dirección de la Nutrición confirman que más de 300 niños en la comunidad enfrentan este padecimiento, agravado por la pobreza alimentaria.
LEY INVISIBLE
A pesar de que desde 2020 en Oaxaca está vigente una ley que prohíbe la venta de comida chatarra a menores de edad, esta normativa no ha sido implementada de manera efectiva, ya que no existe una forma clara de sancionar a quienes la incumplen. La ONG Mi Escuela Saludable ha reportado que el 95 por ciento de las escuelas primarias y secundarias de Oaxaca siguen vendiendo refrescos y productos procesados, violando la ley.
Por otra parte, el presidente municipal, Román Ramírez Chávez, lamenta que la escasez de alimentos frescos sea un problema recurrente. Ya que, las comunidades de la zona rural, como Peñoles, carecen de infraestructura adecuada para el acceso a productos saludables.
A pesar de ello, el edil destaca que la población ha comenzado a ser más consciente de los peligros de consumir estos alimentos ultra procesados y que el consumo no es tan elevado, aunque las cifras de desnutrición continúan siendo alarmantes. La desnutrición infantil en la comunidad es del 10 por ciento, y asciende al 50 por ciento en adolescentes y adultos.
EL AUMENTO CONSUMO DE ALIMENTOS PROCESADOS
En medio de esta crisis alimentaria, el consumo de productos ultra procesados ha ido en aumento, ya que son más accesibles y baratos que los alimentos frescos. Estos productos representan el 24 por ciento de la ingesta calórica total de la población adulta en Oaxaca. Lo que ha contribuido al incremento de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. La situación empeora en las zonas más marginadas, donde la inseguridad alimentaria afecta al 76 por ciento de la población, un porcentaje mucho mayor que la media nacional del 59 por ciento.
El ciclo de mala nutrición se perpetúa en comunidades como Peñoles, donde los alimentos no saludables siguen siendo más demandados que los frescos. Sin embargo, la falta de políticas públicas que regulen el acceso a estos productos sigue siendo un desafío para combatir la desnutrición y promover una alimentación más saludable. Por otro lado, la llegada de productos como refrescos y galletas sigue siendo una constante. A pesar de los esfuerzos por evitar su distribución, como lo indica el presidente municipal.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Finalmente, Peñoles, un lugar que históricamente ha sufrido de pobreza y marginación, enfrenta una batalla constante contra la comida chatarra, que sigue invadiendo su territorio, aún en las zonas más alejadas. La lucha por la salud y la nutrición en este municipio continúa, pero, como muchos de sus habitantes señalan, las soluciones necesitan llegar desde el gobierno, para garantizar una alimentación adecuada y saludable para todos.
Con información de Luis Ramírez El Sol de México