El señor Luis Carlos Sosa Saucedo lleva más de 50 años dedicándose a la talabartería en Teotitlán de Flores Magón. En su domicilio asignó un pequeño espacio para las labores de su oficio, el cual, asegura que con el pasar de los años se ha ido perdiendo y podría estar a punto de desaparecer.
“Son pocas las personas que todavía acuden para que se les elabore un cinturón, una mochila, una cartera, un porta celular personalizado. La modernidad ha pretendido suplir este trabajo artesanal”, consideró el señor Luis Carlos.
La talabartería o guarnicionería es el oficio que se ocupa de la confección de arreos y guarniciones en general para animales de silla y tiro. Entre los productos que se elaboran están los cabestros, cinchas, bozales, collera, gamarras, cinchuelos, entre otros.
En mi caso, señala don Luis, “este oficio se pasa de generación en generación, así como fue con un servidor mi abuelo, mi padre y hoy se lo trasmito a mi hijo, mi nuera, mis nietos, como todo trabajo a mano el precio que se paga por cualquier tipo de pieza puede ser alto, dependiendo del material que se utilice y su nivel de complejidad”.