Misael Casimiro Martínez es un pintor y artesano huautleco quien dice que tenía 25 años de edad cuando se inició en las artesanías Flor de naranjo, actualmente él tiene 35.
Su primer trabajo fue con pintura y madera, pintó todo lo que es la cosmovisión mazateca, por ejemplo, María Sabina, los hongos alucinógenos, los huehuentones, las bodas, los bautizos, el atole agrio, la lavada de manos y cabezas, el Cerro de la adoración, El Chikón nindó y diferentes lugares simbólicos de Huautla dijo en entrevista para “El Mejor Diario de Oaxaca”.
Entre las piezas que más se venden están los cantaritos decorados, llaveros, porta lapiceros, servilleteros, ceniceros, comalitos con dibujos de paisajes mazatecos, aretes con representaciones mazatecas, el tallado de la madera, jícaras con paisajes y pirograbados, la imagen de María Sabina pirograbada en madera y, en la temporada de Todos los Santos, lo que más se venden son las máscaras de huehuentones.
Las historias que me han contado las plasmo en las máscaras, pero primero se diseña, hay que tener mucha creatividad para diseñar las figuras y las imágenes en las pinturas, dibujando los cuentos y leyendas de Huautla y la Región Mazateca”, destacó.
Esta actividad tiene sus épocas fuertes que son el festival a María Sabina y Todos los Santos, eso deja una derrama económica. Misael Casimiro comenta que la pandemia del Covid-19, que duró dos años, les pegó muy fuerte a los artesanos, “pero gracias a Dios ya estamos saliendo adelante otra vez, sobreviviendo y tratando que se realce esto para seguir mostrando las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo y que no se pierda el legado de los ancestros, más que todo rescatar el idioma de nuestros abuelos”.
El aprendió observando como pintaban sus amigos de la tienda, sobre todo a Valeriano García Martínez y Miguel García Martínez. Valeriano y Miguel lo instruyeron sobre cómo emplear algunas técnicas, por lo que les está muy agradecido. Conforme va pasando el tiempo va conociendo personas a quienes se les aprende algo, tanto en la madera como en la pintura, aunque también él comparte sus experiencias de trabajo y algunas piezas, entre ellos, los tipos de acabado de resina, barniz, pintura y algunos cortes de madera, figuras y hongos.
También trabaja las piedras del rio, lo que describe como “muy bonito”. Primero se dibuja a lápiz (a mano alzada) y ya luego entra la creatividad, ya sea una cara feliz o triste, y el diseñar depende del estado de ánimo.
Las piezas que vende oscilan entre los 15 hasta los 500 pesos, él trata de acomodar los precios para que el cliente pueda adquirir sus piezas y recuerdos de Huautla.
